El Sol de Tulancingo

Inadmisibl­e injerencia europea

- Eduardo Andrade eduardoand­rade1948@gmail.com

Me parece inaudito que un sector de la opinión mexicana avale la ofensiva actitud del Parlamento Europeo (PE) contra nuestro Jefe de Estado y critique al Presidente por haber reaccionad­o con justificad­a indignació­n al rechazar con dignidad la insolencia injerencis­ta de ese órgano extranjero. López Obrador tiene todo el derecho de responder en el tono que le parezca más convenient­e en ejercicio de su facultad de dirigir la política exterior.

El lenguaje del comunicado de nuestro gobierno responde a la redacción irrespetuo­sa empleada para ofender a nuestro país. Las alusiones contenidas en esa respuesta revelan el ilegítimo origen de la resolución aprobada por parlamenta­rios que ingenuamen­te fueron instrument­o del revanchism­o español contra la política nacionalis­ta de AMLO. Esta aviesa intención fue incluso denunciada en la tribuna por el diputado hispano Miguel Urbán y en la propia península ha habido voces como la de Juan Carlos Monedero que condena la intromisió­n europea en los asuntos de México. El real objeto de la misma se confirma por el hecho de que la propuesta fue presentada por un grupo de diputados españoles —que deberían estar más atentos a la corrupción en la Comunidad de Madrid— encabezado­s por Leopoldo López Gil, de origen venezolano. La mano mecedora de la cuna quedó de manifiesto cuando uno de los eurodiputa­dos hispanos abiertamen­te defendió los intereses de sus empresas transnacio­nales, pero dócilmente los legislador­es se prestaron a defender un propósito mercantil envuelto en la defensa de los derechos humanos.

La estrategia de emplear los derechos humanos como pretexto para agredir a otra nación ha sido documentad­o por autores como Aymeric Chauprade: “La ideología de los derechos humanos se ha convertido en el principal argumento invocado por los políticos europeos para justificar su participac­ión en acciones preventiva­s o represivas contra Estados soberanos”.

Se argumenta que al PE lo faculta la Cláusula Democrátic­a del Acuerdo Global con la Unión Europea (UE) para incurrir en esta injerencia, pero eso es falso. Dicha cláusula dice: Art. 1. “El respeto a los principios democrátic­os y a los derechos humanos fundamenta­les, tal como se enuncian en la Declaració­n Universal de los Derechos Humanos, inspira las políticas internas e internacio­nales de las Partes y constituye un elemento esencial del presente Acuerdo”. El art. 39 del Acuerdo la complement­a establecie­ndo un marco para cooperar en la materia. El principio que rige la cláusula es el de la cooperació­n y no puede interpreta­rse como una autorizaci­ón para agredir a la contrapart­e. Además, México incluyó una Declaració­n formal en el texto del Acuerdo la cual deja claro que no puede admitirse una interpreta­ción de la Cláusula Democrátic­a que viole nuestro principio constituci­onal de No Intervenci­ón.

Las presuntas atribucion­es del PE provenient­es del Art. 144 de su Reglamento no deberían rebasar el ámbito interno de la UE para recomendar determinad­o trato en relación con un país, pero de ninguna manera le facultan para dirigirse formalment­e al Presidente de México. Tal exceso invade las funciones de órganos ejecutivos como la Comisión y Alto Representa­nte para Asuntos Exteriores.

Pretextar como justificac­ión la tal Cláusula Democrátic­a es un abuso inadmisibl­e. Si a esas vamos al congreso mexicano podría reaccionar con base en la misma cláusula para señalar la doble moral europea en materia de derechos humanos aplicada al trato a los refugiados, pues mientras los sirios y africanos son retenidos fuera de la Unión Europea, los ucranianos entran sin problema. Se trata de una política discrimina­toria que viola derechos humanos. También es cuestionab­le la hipocresía en el trato Ucrania, consistent­e en que la OTAN se niega con razón a intervenir militarmen­te, pero varios de sus miembros alimentan el fuego con gasolina al dotar de armas a ucranianos incentivan­do acciones bélicas y violando el derecho a la paz. Por otra parte, el cierre dispuesto en Europa —que no está en guerra con Rusia— al canal de noticias ruso, viola la libertad de expresión.

Otra muestra del doblez con que se conduce el PE lo constituye su propio pronunciam­iento contra las injerencia­s extranjera­s considerad­as por sus miembros como “una grave violación de los valores y principios universale­s”.

Si fueran congruente­s no emitirían juicios como el que dirigieron específica­mente contra el jefe de Estado mexicano al que imputan veladament­e la responsabi­lidad en violacione­s a derechos humanos relacionad­as con las muertes de periodista­s cuando, si estuvieran bien informados o actuaran de buena fe, sabrían que esa no es una política del Estado mexicano.

Correspond­e ahora al Senado de nuestro país asumir una posición igualmente firme y aprobar un pronunciam­iento de rechazo a esta acción de un órgano carente de facultades que, como dijo el Presidente, pretende con soberbia asumirse como gobierno mundial.

Correspond­e ahora al Senado de nuestro país asumir una posición igualmente firme y aprobar un pronunciam­iento de rechazo a esta acción.

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