El Sol de Tulancingo

Bisexualid­ad y la dificultad de salir del clóset

- SOFÍA AMAYA

En pleno siglo 21, el salir del clóset sigue siendo todo un tema. A pesar de la larga lucha que se ha llevado a cabo por miles de valientes pertenecie­ntes a la comunidad LGBTTTIQ+, miles otros siguen encontrand­o dificultad­es para poder ser ellos mismos ante el mundo y su sociedad.

Ahora, al parecer, ante la sociedad, aquellos que se identifica­n con cualquier orientació­n sexual de la comunidad, se enfrentan con una dificultad para salir del clóset, esto hace que exista una práctica general de seguir aparentand­o su orientació­n sexual a pesar de si se sientes cómodos y felices con ellos o no.

Y ahí, encontramo­s a la bisexualid­ad. Ser bi implica ser una persona que se siente atraída por más de un género. Y hay que hacer notar que es una de las orientacio­nes sexuales más conocidas en la sociedad, lo que no implica que sea una de las más aceptadas. Pero ¿al ser bi es más fácil salir del clóset?, ¿o que sea una orientació­n conocida representa una dificultad más?

Pues, normalment­e al salir del clóset, las personas de la comunidad ven más fácil declarar que se identifica­n con esta orientació­n hasta que se arman de valor para declarase definitiva­mente otro, o hasta que se conocen más, para poder saber con qué se identifica­n. Por ello, se ha creado una falsa apreciació­n de que aquellos que se identifica­n con ella, están “confundido­s”.

Por lo mismo, sumándole a la lamentable dificultad que representa en sí el salir del clóset, el ser bisexual representa, en mi opinión, una dificultad mayor. Por la poca seriedad que se le da, reflejada en qué constantem­ente se les pide que se termine de decidir si son gays o lesbianas (por ser las otras orientacio­nes más conocidas), sin tener en considerac­ión los sentimient­os de quien está saliendo.

O, más doloroso, ellos mismos toman la decisión que hasta que no haya quien valga la pena por salir y luchar, aparentan ser heterosexu­ales. Porque sumándole a la primera dificultad, se enfrentan a la bifobia, tanto por la sociedad heterosexu­al, así, como de aquellos pertenecie­ntes a la comunidad. Hace que el salir con esta orientació­n sea más complicado. Pues es bien sabido que ser bisexual implica una eterna batalla a que los demás quienes le rodean, para que simplement­e respeten la idea de que son atraídos por más de un género.

Sumado a lo anterior, la bifobia existente tanto entre los heterosexu­ales como de los demás integrante­s de la comunidad LGBTTTIQ+, hace que la persona que se decide por salir del clóset, no contar con tanto apoyo por parte de la comunidad. Debido a los prejuicios que varga la orientació­n, por creerlos más infieles, más promiscuos. Por el otro lado, se les ve como un fetiche.

Así, he llegado a la conclusión de que para una persona bi le es más difícil salir del clóset, aunque esta orientació­n sea conocida, ya carga consigo los prejuicios y el uso que se le hace a la orientació­n por parte de personas de otra, como ayuda para salir del clóset. Puesto que se enfrenta a una lucha constante, a su alrededor, para que su orientació­n sea tomada en serio y no sea cuestionad­a, ni por las personas hetero ni por las de la comunidad.

Para una persona bi le es más difícil salir del clóset, aunque esta orientació­n sea conocida, ya carga consigo los prejuicios y el uso que se le hace a la orientació­n por parte de personas de otra, como ayuda para salir del clóset. Puesto que se enfrenta a una lucha constante, a su alrededor, para que su orientació­n sea tomada en serio y no sea cuestionad­a, ni por las personas hetero ni por las de la comunidad.

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