Bisexualidad y la dificultad de salir del clóset
En pleno siglo 21, el salir del clóset sigue siendo todo un tema. A pesar de la larga lucha que se ha llevado a cabo por miles de valientes pertenecientes a la comunidad LGBTTTIQ+, miles otros siguen encontrando dificultades para poder ser ellos mismos ante el mundo y su sociedad.
Ahora, al parecer, ante la sociedad, aquellos que se identifican con cualquier orientación sexual de la comunidad, se enfrentan con una dificultad para salir del clóset, esto hace que exista una práctica general de seguir aparentando su orientación sexual a pesar de si se sientes cómodos y felices con ellos o no.
Y ahí, encontramos a la bisexualidad. Ser bi implica ser una persona que se siente atraída por más de un género. Y hay que hacer notar que es una de las orientaciones sexuales más conocidas en la sociedad, lo que no implica que sea una de las más aceptadas. Pero ¿al ser bi es más fácil salir del clóset?, ¿o que sea una orientación conocida representa una dificultad más?
Pues, normalmente al salir del clóset, las personas de la comunidad ven más fácil declarar que se identifican con esta orientación hasta que se arman de valor para declarase definitivamente otro, o hasta que se conocen más, para poder saber con qué se identifican. Por ello, se ha creado una falsa apreciación de que aquellos que se identifican con ella, están “confundidos”.
Por lo mismo, sumándole a la lamentable dificultad que representa en sí el salir del clóset, el ser bisexual representa, en mi opinión, una dificultad mayor. Por la poca seriedad que se le da, reflejada en qué constantemente se les pide que se termine de decidir si son gays o lesbianas (por ser las otras orientaciones más conocidas), sin tener en consideración los sentimientos de quien está saliendo.
O, más doloroso, ellos mismos toman la decisión que hasta que no haya quien valga la pena por salir y luchar, aparentan ser heterosexuales. Porque sumándole a la primera dificultad, se enfrentan a la bifobia, tanto por la sociedad heterosexual, así, como de aquellos pertenecientes a la comunidad. Hace que el salir con esta orientación sea más complicado. Pues es bien sabido que ser bisexual implica una eterna batalla a que los demás quienes le rodean, para que simplemente respeten la idea de que son atraídos por más de un género.
Sumado a lo anterior, la bifobia existente tanto entre los heterosexuales como de los demás integrantes de la comunidad LGBTTTIQ+, hace que la persona que se decide por salir del clóset, no contar con tanto apoyo por parte de la comunidad. Debido a los prejuicios que varga la orientación, por creerlos más infieles, más promiscuos. Por el otro lado, se les ve como un fetiche.
Así, he llegado a la conclusión de que para una persona bi le es más difícil salir del clóset, aunque esta orientación sea conocida, ya carga consigo los prejuicios y el uso que se le hace a la orientación por parte de personas de otra, como ayuda para salir del clóset. Puesto que se enfrenta a una lucha constante, a su alrededor, para que su orientación sea tomada en serio y no sea cuestionada, ni por las personas hetero ni por las de la comunidad.
Para una persona bi le es más difícil salir del clóset, aunque esta orientación sea conocida, ya carga consigo los prejuicios y el uso que se le hace a la orientación por parte de personas de otra, como ayuda para salir del clóset. Puesto que se enfrenta a una lucha constante, a su alrededor, para que su orientación sea tomada en serio y no sea cuestionada, ni por las personas hetero ni por las de la comunidad.