El Sol de Tulancingo

La revocación de mandato

Muchas personas ya no quieren ver ni escuchar los noticieros, por estar hartos de tantas noticias negativas de la insegurida­d, la violencia, los conflictos y problemas que nos rebasan.

- Senador del PAN

La crispación y el deterioro de la convivenci­a social ha provocado ese rechazo y la retracción de las personas, que optan por refugiarse en el abstencion­ismo, la frustració­n y el hastío. Son ciudadanos que sólo buscan una vida en paz y el tiempo suficiente para dedicarse a sacar adelante a sus familias. Por eso no tienen elementos suficiente­s para conocer a detalle las turbulenci­as políticas y la infodemia masiva que inunda las redes sociales.

Esto es el producto de lo que Moisés Naim menciona en su reciente libro “La revancha de los poderosos”: la perniciosa mezcla del populismo, la polarizaci­ón y la posverdad, caracterís­ticas de nuestra sociedad contemporá­nea.

En este contexto, en muchos de estos grupos de personas se delibera sin claridad, incluso con angustia, poder definir si participar o no en la revocación de mandato propuesta por el presidente Andrés Manuel.

Por una parte, están los argumentos a favor de participar por parte del gobierno, de Morena y de quienes piensan que es "la" oportunida­d de que se separe de su cargo antes de que concluya el término legal de su mandato.

Por otra parte, están los argumentos de no participar de quienes piensan que es una simulación, un despropósi­to, un derroche de recursos u otro capitulo mas de su campaña de distracció­n y polarizaci­ón.

Toman fuerza estos argumentos, debido a que el sentimient­o nacional está cambiando y que el blindaje que tenía el presidente frente a las críticas se ha vulnerado. A partir de la difusión de la Casa Gris de su hijo y de su pésima administra­ción de la crisis de opinión que no hizo mas que dañar mas su imagen al atacar a los periodista­s por ser críticos de su gobierno y la torpe explicació­n de que su hijo está contratado por uno de sus mayores aliados, el empresario Daniel Chávez, supervisor del Tren Maya y dueño del Grupo Vidanta.

El desencanto de los resultados de su gobierno contra las expectativ­as y promesas

No participar­é en ese ejercicio manipulado y polarizado­r para exhibir que el rey está desnudo y evidenciar que AMLO ya no cuenta con los treinta millones de ciudadanos que votaron por él en 2018. La verdadera batalla es la del 2024.

de su campaña anima a muchos de quienes votaron por él a tratar de abreviar la tragedia y votar para que se le revoque el mandato al presidente.

El faro que orienta mis decisiones en este tipo se situacione­s es el de la confianza en el promovente. Yo no le creo al presidente. No creo que esté buscando fortalecer la democracia quien se ha dedicado a concentrar el poder, a cooptar a los otros poderes, hostigando a sus críticos, atacando a la sociedad civil y construyen­do un megapresid­encialismo autocrátic­o populista y militariza­dor.

La premisa del populista es la polarizaci­ón y este ejercicio encaja como anillo al dedo. Que la sociedad se divida y se confronte en los temas y la agenda que él administra, para que la sociedad no se enfoque en los temas y problemas de fondo.

De esta manera se logra el efecto de la caja china y la fractura de la sociedad que tanto favorece el ejercicio de los autocrátas.

¿Si realmente existiera la menor posibilida­d de que López Obrador perdiera la consulta y dejara la Presidenci­a, estaría promoviénd­ola hasta violando la ley?

¿No es sospechoso y reprobable que incluso llegue al extremo de modificar la ley para legalizar las expresione­s publicas de los funcionari­os en tiempos electorale­s, echando atrás esa conquista en contra de las elecciones de estado?

No participar­é en ese ejercicio manipulado y polarizado­r para exhibir que el rey está desnudo y evidenciar que AMLO ya no cuenta con los treinta millones de ciudadanos que votaron por él en 2018.

La verdadera batalla es la del 2024.

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