Arranca el Vive Latino 2022, tras pandemia
Luego de cancelar su edición del año pasado, el festival más grande de AL espera recibir a 150 mil asistentes
80 ACTOS se presentarán en el festival, entre ellos Limp Bizkit, Banda MS, C. Tangana, y Julieta Venegas
En marzo del 2020, el Vive Latino fue el último evento masivo en la Ciudad de México antes de declarar la pandemia en el país. Dos años después, regresa con el 100 por ciento del aforo, 80 bandas, cinco escenarios y la expectativa de recibir a 75 mil asistentes por día.
El festival será este sábado y domingo en el Foro Sol, casi como si no hubieran pasado dos años de crisis sanitaria mundial, refirió Jordi Puig, director del encuentro al señalar que respetarán los protocolos sanitarios aunque no se pedirá a los asistentes comprobante de vacunación ni prueba negativa de Covid-19, y aún analizan si se colocarán termómetros en las entradas.
"Respetamos las políticas de protección de las bandas, si ellas piden usar cubrebocas durante su set, se usará, y también seguimos , lo que las autoridades nos indiquen”, acotó Puig en una breve conferencia con los medios de comunicación durante las pruebas de sonido en los diferentes escenarios.
"El festival es un reto, es un reto tenerlo 22 años y que mantenga esa solera, pero ahora me lo imagino distinto, sin correr al ritmo de otros festivales en México. Tenemos grandes talentos y experiencias", reflexionó respecto a qué significó para el festival la pausa de dos años.
Hasta el momento, ninguna banda ha cancelado, por lo que Puig aseguró que el Vive Latino regresa fuerte: "La verdad es que estamos muy contentos, hace dos años eran otras circunstancias. Ahora está el sentimiento, la vibra y ánimo de hacer lo que nos gusta, y qué mejor que ahora tengamos este fin de semana y ojalá ayude en otras cosas a la ciudad", refirió.
Esta edición, en paralelo a las presentaciones de música, habrá otras actividades como el área destinada a la Lucha Libre AAA, la zona Casa Comedy y Aldea musical donde se llevarán a cabo, por primera vez, jornadas de conferencias, talleres y clases sobre la industria musical y la creatividad con la intención de ampliar el impacto del festival.
"Creo que el regreso a eventos masivos de música está siendo positivo. La gente quiere regresar a vivir la experiencia de escuchar una banda en vivo", añadió Puig, quien trabaja a la par de la directora de producción Lourdes Skipsery.
Los organizadores aconsejan al público revisar la app del festival para poder disfrutar del mayor número de conciertos.
(Paolo Sorrentino, 2022), es una autobiografía agridulce en algunos momentos, con un sentido evocativo sin renunciar a su vocación a la locura onírica y fellinesca. Bien lo dijo Gabriel García Márquez cuando publicó Vivir para contarla en 2002: “La vida no es lo que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla”.
Fue la mano de Dios, distribuida por el tío Netflix, y que hace referencia al épico gol de Maradona en México 86, y a su llegada a Nápoles, decanta en una primera parte por una palpable vocación mágica e incluso cínica, festiva.
El asunto de Maradona es un contexto profundo pero evocativo, aunque ya hubo amenazas de demanda por parte de la familia del astro argentino. El tema central es el largo, doloroso camino de crecimiento personal y sobre todo del arte fílmico y dónde se origina. La realidad es muy aburrida, dice un personaje. Un Nápoles de barrio en la mejor tradición del cine italiano que en una primera lectura conmueve. Pero en el fondo, lo que vemos es el largo camino de la pulsión creativa. Es una historia sobre el cine.
Fabieto (Fillippo Scotto), tiene 17 años y su única distracción es el futbol en los ochenta. Vive con sus padres, un gerente de banco, Saverio (Toni Servillo) y María (Teresa Saponagelo), quien le gasta bromas a todo mundo y revienta de celos ante las infidelidades de su marido. A pesar de todo, el matrimonio marcha bien y el chico vive ahogado en dudas que evade con la expectativa futbolera, pero tranquilo.
Comparte habitación con su hermano veinteañero, Marchino (Marlon Joubert), buenote y solidario, pero inútil que quiere ser actor, aunque un día en una audición le dicen que tiene una cara común. En el baño, siempre está una hermana que nunca vemos en pantalla. Un día golpean entre todos a una tía odiosa, otro Fabieto tiene sus calenturas adolescentes con la despampanante esposa de un tío, Patrizia (Luisa Ranieri), en un principio guía del relato.
La vida del adolescente cambia luego de una fuerte tragedia personal –Sorrentino dice que no ha podido superar ese hecho–, y el tono del filme cambia. De un realismo mágico, transita a una reflexión intensa, a un camino poético, en la que se incluyen los diálogos de redención. En una escena, una mujer mayor amiga de la familia le da a Fabieto, ante su desconsuelo, su primera experiencia sexual, mientras él no puede empezar Érase una vez en América, filme que rentó antes de la tragedia que marcará su vida.
El largometraje italiano nominado al Oscar por película extranjera, va en dos vías: lo intensamente lúdico y festivo y lo doloroso pero que redime y nos dirige al arte. Lo sencillo que nos toca, lo profundo que nos mueve. Cine puro.