Reviviendo el pasado
Un teléfono móvil que solo sirva para hablar, tomar algunas fotos muy básicas y recibir mensajes por SMS es, hoy, una salida a la hiper conectividad y la inmediatez permanente para muchas personas alrededor del mundo.
Sin lugar a dudas la tecnología de los smartphones o teléfonos inteligentes han revolucionado nuestras vidas; mejorar la productividad y conectividad en el trabajo, la capacidad de mantenernos entretenidos y acercarnos cualquier película, serie y videojuego en cualquier momento y hasta mantenernos alejados de la convivencia social son algunos de los beneficios y perjuicios que hemos vivido con los móviles.
Según datos de compras de teléfonos móviles a nivel mundial, los equipos básicos llegaron a un total de mil millones de unidades vendidas el año pasado, mientras que los smartphones llegaron a las mil 400 millones de unidades; esto quiere decir que los teléfonos básicos representaron 41 por ciento de las unidades vendidas en 2021 frente a una caída del 12.5 por ciento de las unidades vendidas de smartphones comparado con 2020.
Este inusitado interés por los teléfonos básicos responde a muchas necesidades: son más baratos y finalmente sirven para hablar, el rendimiento de su batería es enorme y permite estar conectado mucho tiempo sin tener la preocupación de quedarse sin pila, una moda por lo retro y nostalgia por lo que muchos de nosotros vivimos , y finalmente un hartazgo por depender de un smartphone y no poder despegarse de éste.
Para un segmento de los usuarios se ha convertido en una adicción y una enfermedad mental la dependencia al smartphone y la incapacidad para relacionarse con los demás mientras no sea por redes sociales y virtualmente. Es ahí donde varias empresas continúan ofreciendo un servicio de teléfonos básicos que no solo son para los que no tienen presupuesto para comprar un smartphone, sino para los que también quieren estar “desconectados” un rato.
La utilidad que los smartphones nos dan es enorme e incuestionable, pero también lo es la capacidad que debemos tener de poner un límite en el uso y el abuso de estos dispositivos. Es difícil pero se deben poner altos en el uso de las tecnologías; por ejemplo:
1. No contestar un whatsapp de manera instantánea, no es una obligación contestarlo en el momento.
2. Respetar la hora de la comida y la convivencia sin darle prioridad al smartphone que a las personas que están enfrente.
3. Desactivar las notificaciones de redes sociales como Facebook, Instagram, Twitter, esto nos permitirá tener un poco de paz y no sentirnos agobiados por estar recibiendo cientos de notificaciones todo el día.
4. Si de plano no puedes hacer de manera voluntaria las tres anteriores, probar dejar en modo avión por momentos durante el día, eventualmente, dará paz de que nadie te puede contactar y así dejar el ciberespacio y regresar a la tierra por un momento.
Mil millones de móviles básicos se vendieron el año pasado en el mundo