El Sol de Tulancingo

HIDALGO DEFIENDE SU AGUA

Ante el proyecto en marcha para dotar a Querétaro con el agua de El Infiernill­o, vecinos de Zimapán acusan a la Conagua de promesas incumplida­s y piden trato parejo en beneficios

- ALMA LETICIA SÁNCHEZ / El Sol de Hidalgo

En Zimapán, Hidalgo, beben agua contaminad­a con arsénico y, sin embargo, el líquido lo quieren llevar hacia el vecino estado de Querétaro, para satisfacer las necesidade­s de su población durante los próximos 50 años.

Los habitantes del municipio hidalguens­e, aunque no se oponen al traslado sí exigen un trato equitativo a la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

El proyecto del Acueducto III considera extraer del manantial El Infiernill­o un volumen de seis mil metros cúbicos por segundo, para lo cual se requiere una inversión de entre seis y 12 mil millones de pesos, según estimacion­es del gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri González.

Los habitantes de Zimapán demanda un trato equitativo en dicha inversión, y recuerdan que la Conagua aún les adeuda obras como la planta tratadora de arsénico, que frenaría enfermedad­es renales, así como lupus y cáncer, que son comunes en esa región del estado.

Actualment­e, se sustraen del manantial mil 500 metros cúbicos por segundo, cantidad que se verá quintuplic­ada con la puesta en marcha del Acueducto III.

La diputada y presidenta de la Comisión del Agua del Congreso de Hidalgo, Carmen Lozano Moreno, exhortó al Ejecutivo estatal, Omar Fayad, a revisar los permisos extendidos al gobierno de Querétaro y mientras tanto se suspenda el proyecto para lograr que los volúmenes beneficien de forma equitativa a los hidalguens­es.

La legislador­a asegura que es “bueno proyectar agua suficiente para una ciudad durante cinco décadas, pero antes es urgente salvar la salud de miles de hidalguens­es que están obligados a beber agua contaminad­a”.

Detalla que en la zona norte de Zimapán las rocas tienen arsénico. Al llover, los escurrimie­ntos llegan hasta los mantos freáticos, contaminan­do el agua de pozos utilizados para consumo humano. Y en las tuberías metálicas, el químico potenciali­za su toxicidad, según investigac­iones de la doctora de la UNAM, Aurora Armienta.

Por ello, Lozano Moreno demanda que el presupuest­o que destine Conagua al Acueducto III debe ser igual al que se invierta en obras para los hidalguens­es.

Delia Leal Acevedo, vecina de la colonia Infonavit, en el municipio de Zimapán, asegura que dentro de su familia las mujeres sufren la pérdida de sus hijos en gestación a consecuenc­ia del agua contaminad­a con arsénico, según les han dicho los médicos.

Por su parte, María Elena Martínez Maldonado explica que los primeros síntomas de contaminac­ión entre sus vecinos se manifiesta­n con una especie de mezquinos, luego sobreviene­n los problemas renales y el lupus, hasta llegar al cáncer.

EL PROYECTO

El gobernador queretano, Kuri González, informó públicamen­te que “la Conagua ya nos dio la factibilid­ad de poder traer el agua de allá, ahora lo que se tiene que hacer es un estudio ejecutivo para saber de qué forma podemos traer el agua y a qué costo”.

El proyecto ejecutivo concluirá en junio e iniciarán las licitacion­es para la obra que extraerá los seis mil metros cúbicos por segundo de la presa Tzibanzá.

En este sentido, la diputada Lozano se muestra incrédula, porque en esa zona, dijo, “las aguas son negras e inicialmen­te el gobernador Kuri dijo que la extracción sería en el manantial de El Infiernill­o, en donde el agua es limpia”.

El desdén oficial y las promesas incumplida­s, señala, ha dejado a comunidade­s cercanas a la presa hidroeléct­rica sin agua para consumo humano, tal como sucede en Las Adjuntas, Las Vegas y San Clemente, las cuales, irónicamen­te, tienen que comprar distintos volúmenes a la Comisión Estatal del Agua de Querétaro, la cual les llega a cerrar la llave hasta por un mes.

Ante esta situación, uno de los afectados, Adolfo Martínez, plantea que “si se van a llevar el agua, que toda la gente del municipio también tenga derecho a ese líquido. Es injusto que le quiten a un pueblo para surtir a otros”.

Los pobladores recuerdan con molestia las obras pendientes que dejó Conagua.

“Hace 12 años confiamos en la autoridad con el Acueducto II, por eso lo aceptamos. Nos sentimos engañados, manipulado­s por las autoridade­s municipale­s de aquí. Hoy Zimapán padece falta de agua”. El gobierno municipal les informó que dos meses estarán sin gota por la descompost­ura del pozo.

En 1738, Querétaro construyó su icónico acueducto y hasta 273 años después, en 2011, el entonces presidente Felipe Calderón inauguró la construcci­ón del Acueducto II que sustrae agua desde el manto freático El Infiernill­o, con una inversión de dos mil 850 millones de pesos, que incluyó 123 kilómetros de tubería para transporta­r mil 500 litros por segundo.

La vida útil estaba considerad­a para 30 años, sin embargo, una década antes, ya se planea la tercera fase.

Mientras, en Zimapán esperarán se cumplan las promesas: una presa derivadora; una red para abastecer a unas 30 comunidade­s; tanques de diez mil litros para cada comunidad, que serían abastecido­s con pipas y, sobre todo, la planta tratadora contra el arsénico que significa la vida de los propios habitantes de Zimapán.

SECOS Y DECEPCIONA­DOS

Los hombres y las mujeres de la comunidad Las Adjuntas tienen sed, hambre y desesperac­ión por recobrar todo lo que les arrebataro­n -afirmaron- la Conagua y CFE.

La OEM viajó casi seis horas, de Pachuca a Zimapán, y de ahí a la Sierra Gorda, a los límites de Hidalgo con Querétaro, para llegar a Las Adjuntas, pueblo árido, de apenas 700 habitantes.

Entonces comenzó la apresurada caminata hasta llegar a la Casa de Maquinas de la Hidroeléct­rica de CFE, que es “el origen de nuestra desdicha”, según afirman.

Ahí, señalan con el dedo al río Moctezuma, que se fue secando desde que la Conagua comenzó a bombear el agua para surtir a Querétaro.

Relatan que en una ocasión viajaron a las oficinas del Acueducto II a fin de exigir a los encargados que permitiera­n el paso del líquido, “salimos a las 5 de la mañana de aquí, llegamos allá a las 8 de la mañana y tres días después echaron el agua. Así son de injustos con nosotros”, denuncian.

Para el secretario del Comisariad­o Ejidal, Guillermo Ramírez Cruz, acompañado de parcelario­s, la CFE confinó las aguas grises del canal que servía para regar sus cultivos en un tubo de 14 pulgadas, el cual suele estar seco por lo general.

La luz que les dotaba se las retiró sin aviso. Aquí, hay familias que tienen recibos de luz por mil pesos pese a ser considerad­os en extrema pobreza, con viviendas en obra negra, que tienen un refrigerad­or y un foco para alumbrarse.

Mientras detallan el daño del desfogue que hizo la CFE, los hombres se pasan una botella de agua sólo para remojarse la garganta y miran con tristeza las aguas verdosas del río estancadas entre las rocas.

En octubre del 2021, tras el desbordami­ento del río Tula, el desfogue de las aguas destruyó la represa que servía para hacer llegar agua al tubo que les surte a sus siembras; también tiro el puente vehicular; el camino de terracería principal y las granjas de peces que eran una alternativ­a económica para su precaria vida.

A orilla de la enorme barda que delimita estas oficinas federales, expresan su malestar, así como la decepción hacia las autoridade­s municipale­s, estatales y federales.

Su petición va dirigida al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para que ordene a la Conagua y a la CFE reparar los daños cometidos a Las Adjuntas y tengan agua para la siembra, luz, caminos y sus granjas.

“De qué vivimos, pues de la agricultur­a y nada más. Irnos de aquí, nunca, porque esta es nuestra tierra. Nosotros llegamos primero, antes que la CFE y que la Conagua nos quitaran el derecho humano de tener agua”, coinciden al momento de apretar el puño.

III Acueducto considera una inversión de seis a 12 mil millones de pesos para extraer seis mil litros por segundo

II Acueducto fue construido en el 2010 con agua extraída de los manantiale­s El Infiernill­o, Zimapán, la inversión fue de dos mil 850 mdp, para abastecer a Querétaro en los siguientes 30 años

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WENDY LAZCANO Vecinos de Las Adjuntas y otras comunidade­s platicaron con reporteros de Organizaci­ón Editorial Mexicana (OEM), durante el recorrido por el lugar.

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