Buscan un mundo sin violencia para los animales
Dirigentes de santuarios para animales hablan de los retos e importancia de sensibilizarnos sobre la situación por la que atraviesan muchas especies a diario
El comportamiento ético por parte de los seres humanos hacia los animales se ha colocado gradualmente en la atención pública en las últimas décadas. Movimientos sociales como el antiespecismo están creciendo gracias a internet y las redes sociales.
Ahora los temas relacionados con la crueldad, la explotación industrial de especies comestibles o los términos de las relaciones de privacidad con las mascotas parecen ser el foco del debate público más que nunca.
“El antiespecismo es la postura ética y política que aboga y lucha por la dignidad y la libertad de los demás animales. Es una postura antagónica al especismo como discriminación de una especie animal sobre otras. En otras palabras, se opone a la discriminación y explotación de otras especies simplemente por no pertenecer a la humana”, señala Fernanda García-Naranjo Ortega, coordinadora del Santuario Granjita TyH.
El concepto fue determinado por Peter Singer gracias a su obra Animal Liberation: A New Ethic for the Treatment of Our Animals. Y posteriormente por Tom Regan con su libro En Defensa de los Derechos de los animales.
La lucha antiespecista es interseccional, un concepto acuñado en 1989 por la activista y académica Kimberlé Williams Crenshaw, quien argumenta que todas las formas de discriminación (sexismo, racismo, homofobia) constituyen un mismo sistema opresor.
Para los activistas que lo combaten, el especismo es considerado una opresión que sigue el mismo patrón que otro tipo de discriminación. Al igual que el machismo considera la superioridad del hombre.
“En un mundo que amenaza con derrumbarse, el respeto y el cuidado hacia los otros, nos puede dar la esperanza para mantenernos a flote”, asegura Víctor Bernal Huerta, el fundador y director del santuario Huerta Vida Digna.
“Una cultura de violencia produce una sociedad violenta (...) Cuando dejamos de reconocer a los demás como individuos con derechos, nos deshumanizamos y les violentamos de distintas maneras”, asegura Bernal Huerta.
“Cuando dejamos de reconocer a los demás como individuos con derechos, nos deshumanizamos y les violentamos de distintas maneras. Golpear, torturar, asesinar y consumir a alguien para satisfacer nuestro paladar está normalizado en nuestra sociedad. De manera cotidiana, como sociedad, ensayamos y justificamos nuestra violencia”, agrega.
El santuario Huerta Vida Digna nació hace siete años a partir de darse cuenta de la necesidad de crear espacios antiespecistas dedicados al cuidado.
Dentro de los principales obstáculos que encuentran ambos activistas son:
Sustento económico: En Granjita TyH actualmente albergan a 85 animales que no sólo requieren de comida y espacio, también reciben atención médica y aseo.
Político: Para Víctor, este es un gran reto puesto que se trata de evitar que se confunda con un simple “bienestarismo” o granja didáctica, ya que lo que buscan con sus acciones es abolir la explotación animal y lograr el reconocimiento de los animales como individuos libres con derechos.
“Tenemos la capacidad de respetar y cuidar. Ya lo hacemos con nuestras familias”
VÍCTOR BERNAL HUERTA HUERTA VIDA DIGNA
El antiespecismo es la postura ética y política que aboga por la dignidad y la libertad de los demás animales