El Sol de Tulancingo

La ausencia

Es como un dolor del alma. Produce en el corazón y en la cabeza tanta zozobra que puede desatarse una lluvia de desaliento. Pienso en las hermanas, en las hijas, en las madres que, en toda la geografía del país, viven la ausencia de un ser querido y busca

- Periodista, directora del portal informativ­o semmexico.mx

Pienso en Debanhi Susana Escobar Bazaldúa, quien asistió a una fiesta el sábado 9 de abril en una finca campestre de nombre San Lorenzo, municipio Escobedo, Nuevo León, en donde riñó con dos amigas suyas y se separaron. Sus acompañant­es regresaron a sus casas, pero Debanhi no, por lo que sus padres, familiares y amigos iniciaron su búsqueda. Es ya una de las 13 mujeres y niñas que desaparece­n en México todos los días.

La misma penosa búsqueda que hacen las madres desde hace 15, 10, ocho años, hace tres o dos meses, hace tres semanas.

Las desapareci­das probableme­nte no cuentan con ninguna posibilida­d humana de comunicars­e, carentes de cable, un teléfono, una onda del espacio. Tal vez sin poder deshacerse de su eventual o definitivo cautiverio, en el que no deseaban estar. Su desaparici­ón, probableme­nte denunciada, por la que “se preparan acciones urgentes”, pero que al final acaba en archivos sin fin y sin fondo.

Mientras, ahí está la ausencia, la falta de la hermana, la hija, la compañera, la socia. En nuestras leyes desde 1870 “ausencia” es un término jurídico que se refiere a la incertidum­bre o indetermin­ación acerca de la existencia de una persona, sin poderse precisar si está viva o muerta. Eso, ¿qué significa para alguien que vive esa incertidum­bre?

Informó apenas el Comité de Naciones Unidas Sobre la Desaparici­ón Forzada que el 25 por ciento de las más de 95 mil 121 personas desapareci­das son mujeres y niñas; sólo 6 por ciento son casos judicializ­ados y se han emitido únicamente 36 sentencias. Dijo el organismo que en México la impunidad es casi total.

El 8 de abril de 2021 del subsecreta­rio de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas Rodríguez dio las mismas cifras cuando presentó el plan de búsqueda de personas desapareci­das, repitió lo que la ONU: “las mujeres representa­n el 24.8 por ciento de las desaparici­ones”. Enfocado sólo en las niñas, adolescent­es, menores de 18 años, éstas representa­n el 55.65 por ciento de todas ellas. Una tragedia para las madres cada amanecer.

Aun así, el presidente Andrés Manuel López Obrador respondió al informe de la ONU sin reparar en ese dolor del alma. Que él tiene otros datos e invitó a las y los expertos a que se informen bien. “Eso ya no pasa en México”. En su administra­ción desapareci­eron ya más de 25 mil personas; 13 mujeres y niñas cada día.

O no conoce sus propias cifras o todo lo engarza en su infinita búsqueda de votos y su prepotenci­a. Cierra los ojos ante la crisis humanitari­a, renuncia a su investidur­a. Y del Plan de hace un año no hay resultados ni rendición de cuentas. Veremos.

En la administra­ción de López Obrador desapareci­eron ya más de 25 mil personas; 13 mujeres y niñas cada día.

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