El Sol de Tulancingo

CONTINÚA EL LEGADO

JAVIER, PADRE DE LA TENISTA MEXICANA, RELATÓ LO QUE VIVIÓ SU HIJA PARA LLEGAR A ROLAND GARROS

- POR KAREN MORÁN

“Fer es tenaz, trabajador­a, luchadora y le encantan los retos”, así es como Javier Contreras describe a su hija, la mexicana sensación de Roland Garros que se coló a la qualy de último minuto y contra todo pronóstico, se instaló hasta la segunda ronda para continuar un legado familiar que comenzó su abuelo hace más de 60 años.

El tenis es algo que Fernanda lleva en la sangre, el histórico ‘Pancho' Contreras jugó el Abierto de Francia en el 57, su padre Javier participó en la clasificac­ión en 1984 y ahora ella, 38 años después, sigue la historia con una actuación que no es más que el fruto del trabajo de años, aseguró su padre en charla con ESTO.

“Me siento muy orgulloso, no sé cuántas familias en el mundo lo puedan decir pero no creo que muchas, yo perdí en primera ronda de la qualy y salí feliz, lo que ha hecho Fernanda es maravillos­o, está fuera de la realidad, es algo que jamás me hubiera imaginado, tal vez ella sí, pero yo en la vida. Yo creo que la única no sorprendid­a es ella porque se tiene tanta confianza que tiene los pies en la tierra, siempre sabe lo que puede hacer”, explicó Javier Contreras.

La determinac­ión de Fernanda es algo que muestra dentro y fuera de la pista, como afronta cada bola, enfrenta también las decisiones en su vida, siempre en dirección de mejorar y cumplir sus sueños, así eligió estudiar ingeniería mecánica en Vanderbilt, cuenta su padre, quien presume también que su hija lleva una vida plena.

“No le gustan las cosas fáciles, le gusta trabajar y estamos felices porque eso la hace una persona, en la vida hay que complement­arse. Nosotros no le decíamos, 'no seas tenista, nada más complement­ate'; por ejemplo, calificó y el sábado y no se fue a entrenar, se fue al Louvre, mientras todas entrenaron ella dijo, ‘me voy a relajar' y eso se me hace una maravilla porque no todo es tenis, hay que complement­arse”, contó. Javier.

La llegada a París representó un tormento para Fernanda, antes tuvo que experiment­ar el fracaso de quedarse fuera de Australia.

El primer Grand Slam era su meta y no la consiguió, a pesar de ello continuó y el destino la puso en Roland Garros; el día que se enteró que entró a la qualy es uno que nunca olvidarán en su familia, pues después de tanto, está compitiend­o contra las mejores tenistas.

“Fernanda se fue a Australia porque estaba 15 lugares fuera del Australian Open, se fue porque pensó que había una oportunida­d y se quedó a tres de entrar, no pudo jugar la qualy allá, estaba desconsola­da pero platicó con su coach y platicamos con ella, ni modo, tenía que seguir trabajando. Vino febrero, marzo, abril y en ese momento estaba afuera por su ranking, de repente le llega la carta donde le dicen que estaba dentro, no tienes idea de lo feliz que nos hizo; pero después de ganar uno, dos y luego la primera ronda del main draw todo se volvió imaginable, a mi me tiene en shock”. “Había vivido el trago amargo, se fue para allá (Australia) en diciembre, no pasó navidad acá, eso fue descorazon­ante porque se quedó a dos lugares de entrar y no pudo. Vino Guadalajar­a, Monterrey, Irapuato, se fue a Australia otra vez a jugar torneos para ganar puntos, jugó la Billie Jean Cup, y un día me llama y me dice, ‘papá tengo dos noticias, la primera es que nos acaba de llamar la ITF que estamos en los playoffs; la segunda, que me acaba de llegar la carta de la Federación Francesa que estoy dentro del French Open estoy que no me la creo'”.*

Fer es tenaz, trabajador­a, luchadora y le encantan los retos, ella no se va por lo fácil, la muestra es que estudió la ingeniería mecánica”

J. CONTRERAS

PADRE DE FERNANDA

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La tenista potosina siempre ha tenido el apoyo de su señor padre.

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