¿De quién la alquimia?
En la misma línea que su patrón, Mario Delgado sale con la estulticia de que, las elecciones en seis estados no le dieron a Morena el carro completo al que aspiraba, porque se queja el “inocente”, de que la oposición hizo cochinada y media.
Habrá que ser cínico. Basta con escuchar a los corresponsales de las entidades en juego, para concientizarse de la porqueriza que hizo Morena. Fue una elección en la que el Estado se metió hasta la cocina, con toda desfachatez y sin guardar siquiera, las formas. En Aguascalientes estaban asustados de la cantidad de fuereños que aparecieron, gente de Michoacán, de la CDMX, de otras regiones, que no calificaban como turistas.
Los resultados preliminares les dan cuatro entidades más, a sumarlas a la enorme cantidad de mexicanos, a los que desgobiernan. Lo grave es que la sociedad sigue con los ojos cerrados al desastre en el que han convertido esta República y les da un sufragio similar al que le otorgaba a la dictablanda.
Como cuando se iba a las urnas por una sola fuerza política, que imponía a candidatos sin consultarle más que al tlatoani en turno, el conglomerado al que AMLO se refiere como “pueblo” (Y del que además se expresa como si fuera de su absoluta propiedad), entronizó a cuatro canchanchanes guindas, que habrá que ver qué resultados dan.
Eran gente de otros partidos, PRI,
Verde -salvo el oaxaqueño Salomón
Jara- que decidieron cambiar de chaqueta, a fin de lograr sus ambiciones, lo que no conseguían con sus propias siglas.
El chapulineo se ha vuelto la costumbre más visible de esta administración y lo mismo, ungidos congresistas por una membresía se van de su bancada a la búsqueda de obtener más prebendas, que en última instancia, es lo único que les interesa. La ideología ya sabemos que está más escasa que los pelos de un pescado, así que, se hace a un lado y se trueca por la cercanía con el emperador de Palacio, que es el único que tiene poder sobre las corcholatas, ¡de todo tipo de bebidas!
Los resultados de estas elecciones se verán cuando tomen las riendas y empiecen a actuar. De horror el que se hayan hecho de un cargo personajes en tela de juicio, como Américo Villarreal. Tamaulipas queda en las manos de este heredero de otro desgobernador -su padre, quien tuvo críticas terribles por su ejercicio-.
De vergüenza la entrega que hicieron de sus entidades, el hidalguense priísta, Omar Fayad y de las mismas siglas, el oaxaqueño, Murat- Pusieron en bandeja de plata a los estados que presidieron por el tricolor, traición que también se vuelve costumbre, a cambio de un plato de lentejas (Embajada o consulado, como Quirino Ordaz en España y la Pavlovich en Barcelona). Ni Morena ni la Oposición pueden echar las campanas al vuelo.
El domingo ganó el miedo, el abstencionismo y las mayorías se decidieron por quedarse en casa. Malas noticias para la democracia. El chapulineo se ha vuelto la costumbre.