Sepultan a los dos sacerdotes jesuitas
Cientos de fieles católicos acudieron a despedirse de los sacerdotes asesinados la semana pasada
El Heraldo de Chihuahua
URIQUE. Los cuerpos de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar fueron sepultados ayer en la parroquia Misión de San Francisco Javier, en Cerocahui, Urique, Chihuahua, tras una misa oficiada por el obispo de la Diócesis Tarahumara, Juan Manuel González Sandoval.
Cientos de fieles católicos acudieron a despedirse de los sacerdotes asesinados la semana pasada, a quienes agradecieron su ayuda en los malos momentos que tuvieron. Los feligreses adornaron con flores y globos blancos los féretros de los clérigos antes de ser sepultados. “¿Qué nos espera a nosotros si a los padres, que eran conocidos por todos, les hicieron eso?” dice una anciana que acudió al funeral.
Desde la noche del domingo se llevó a cabo una velación perpetua en la que los pobladores de Cerocahui montaron una guardia para purificar el templo donde fueron baleados los padres el pasado lunes 20 de junio por sicarios al servicio del Chueco, líder del cártel Gente Nueva. “Este lugar fue contaminado, se faltó al respeto al templo, a Dios y a la vida de nuestros hermanos”, lamentó Mateo Murillo, gobernador indígena de la comunidad rarámuri de Cerocahui. “Por eso vamos a bailar, para purificarlo y para consagrarlo de nuevo, para ahuyentar el mal que entró con la muerte”, dijo antes de comenzar la ceremonia que duró alrededor de 12 horas.
La gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, acudió a la misa de cuerpo presente de los sacerdotes. Fue acompañada por la secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel, y también por Juan Carlos Loera, quien fuera candidato de Morena a la gubernatura de la entidad; el secretario de Seguridad Pública del Estado, Gilberto Loya, y el coordinador de Gabinete, Luis Serrato. Fuera del templo se desplegó un fuerte operativo al que se sumaron más de 50 militares.