“No es una decisión, no es castigo divino, es una enfermedad del cerebro…”
su vida o en etapas más avanzadas puede derivar hasta en el suicidio.
HOMBRES NO ESTÁN EXENTOS
Un caso es el de Omar, quien desde hace 30 años padece depresión y desde que se presentó por primera vez a los casi 18 años ha tenido tres recaídas (24, 29 y 38 años) que le provocaron dejar todo: escuela, familia, parejas y trabajo por los momentos de irritabilidad, falta de concentración, ansiedad y miedo.
Cuenta que en su primera depresión su mamá le ofreció, desde un té, remedios caseros que recomendaban sus familiares, e incluso recurrió a la homeopatía.
Sin mejoras, recurrió al nutriólogo, al cardiólogo, al otorrinolaringólogo, al psicólogo y al psiquiatra para obtener el diagnóstico y tratamiento adecuado.
La medicina fue la mejor alternativa para mejorar la condición cerebral y lograr la estabilidad, asegura.
CAMBIO EN LA FORMA DE VIDA
Edilberto Peña, secretario regional de la Asociación Psiquiátrica de América Latina, dijo que para el año 2035 se estima que el 33 por ciento de los hogares van a ser unipersonales.
Es decir, no serán ni en familia ni en pareja, lo que significa que habrá menos redes de apoyo entre las personas, de forma que la salud mental será el distintivo de atención porque la autoestima caerá, habrá pocas personas que tengan familiares y amigos con quién hablar para manejar sus emociones.
En gran parte impulsado por el mundo digital que aleja a las personas del contacto humano y también como efecto de la pandemia.
Indicó que para prevenir enfermedades mentales, como la depresión, antes que buscar alternativa entre los fármacos, es importante mejorar el estilo de vida: hacer ejercicio, comer bien, bajar el colesterol, la presión arterial y la glucosa.
33 de hogares serán unipersonales para el año 2035, es decir, no serán ni en familia ni en pareja, lo que significa que habrá menos redes de apoyo entre las personas