Destacan la sencillez de un primer actor
Manuel Ojeda, fallecido este jueves a los 81 años, tuvo una prolífica carrera y fue un hombre discreto
Manuel Ojeda participó en casi 300 filmes, incluso en Hollywood, donde filmó Dos bribones tras la esmeralda perdida de Robert Zemeckis. Protagonizó clásicos del cine nacional como El Apando, Canoa, Las Poquanchis, El infierno de todos tan temido, Noche de carnaval, y La ley de Herodes.
Actuó en las telenovelas históricas Senda de gloria, como Emiliano Zapata, y El vuelo del águila, en la que interpretó a Porfirio Díaz; entre las 60 producciones de las que formó parte; la última, Corazón guerrero, está al aire actualmente, donde interpreta al abogado Abel, un hombre bueno, de nobles sentimientos y buscador de la justicia.
Y con todo, después de su gran talento, lo que más recuerdan sus compañeros, en declaraciones a es su sabiduría y sencillez.
Luz María Aguilar, expresó su sentir por el fallecimiento del actor, dado a conocer este jueves por la Asociación Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) y la Asociación Nacional de Actores (ANDA).
“¡Ah caray!, cómo se nos están yendo. Manuel Ojeda y yo no coincidimos en el escenario, pero sí en fiestas organizadas por las empresas cinematográficas o la televisión. Fue un compañero maravilloso, fuera de serie, culto, inteligente, simpático. Lo despido con mi respeto hacia su trabajo porque fue un gran actor, compañero en la ANDA que hizo mucho trabajo escénico, siempre cumplido, buen artista, buen compañero. Descanse en paz”.
Moisés Suárez, quien coincidió con Manuel Ojeda en la telenovela El vuelo del águila, así lo recuerda: “Era un actor muy reconocido no sólo en México sino también internacionalmente. Como cinéfilo la primera vez que lo vi, fue en una sala de cine, en Dos bribones tras la esmeralda perdida de Robert Zemeckis (1984), al lado de Holland Taylor y Danny de Vito, él encarnaba a un villano. Excelsa su actuación. De ahí nació mi admiración por él, que fue parte de las grandes ligas de la cinematografía internacional.
El fallecimiento del actor fue dado a conocer por la Asociación Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas y la ANDA
“Yo no tuve la fortuna de compartir con él en escena cuando se grababa El vuelo del águila, entre 1994 y 1995, pero sí tuve el gozo de compartir el desayuno cuando estábamos grabando, también se nos unía Patricia Reyes Spíndola, ella era Petrona Mori. Lo conocí como un compañero actor y una persona muy sencilla, amable, muy carismático. Tengo ese recuerdo vivo, a pesar de que hace años grabamos”.
Manuel Ojeda fue ocho veces nominado al Ariel y lo ganó como Mejor Actor por las películas El infierno de todos temido, de 1980 y ¡Ora sí tenemos que ganar!, de 1982. El oriundo de Baja California Sur, actuó en la serie Yago, de la que también fue parte Pablo Valentín.
“Lo conocí años antes, en Salón México, una obra en la que trabajamos juntos, desde ahí me cautivó su profesionalismo”, recuerda el actor, quien volvió a coincidir con Manuel Ojeda este año en Corazón guerrero.
“Lo más sobresaliente de él, aparte de sus trabajos en cine, teatro y televisión, era su humildad. Para mi fortuna coincido con él en su último trabajo, donde fue mi ejemplo, porque aún con complicaciones de salud, hacía a la perfección sus escenas, lejos de decir que perdió la batalla por su salud, yo digo que ganó la gloria en este mundo al hacer su trabajo como el gran actor y la gran persona que siempre fue”.
60 grabó durante su larga carrera el actor egresado de la Escuela de Arte Teatral del INBA
LUZ MARÍA AGUILAR ACTRIZ “Lo despido con mi respeto hacia su trabajo porque fue un gran actor”