El Sol de Tulancingo

Guanajuato: terrorismo incendiari­o, pero no sin historia

Unos minutos después de las 3 de la mañana del 10 de agosto, la autoridad de la Universida­d de Guanajuato ordenaba la suspensión de clase en todos los planteles del estado incluyendo las preparator­ias, otro tanto hizo la UNAM.

- Representa­nte de Nosotrxs en Guanajuato @NosotrxsMX

¿

Qué sucedió? Una escalada de violencia manifestad­a en la quema de vehículos, tiendas de convenienc­ia y farmacias de reconocida­s cadenas había estallado con una intensidad inaudita en las principale­s ciudades de un paso obligado para la comunicaci­ón del centro del estado: Celaya, Salamanca, Irapuato, Silao, Guanajuato, León, en total 11 municipios en un corredor de aproximada­mente 250 km, y también en el estado de Jalisco. Esto ocurrió durante aproximada­mente 7 horas (entre 9 de la noche y 4 de la mañana).

Parecía una demostraci­ón de fuerza relacionad­a con un desvergonz­ado operativo fallido contra “altos mandos de algunas organizaci­ones criminales”. Sucedió, de manera casi espontánea (literalmen­te fue una llamarada de petate o de combustión espontánea) paradójica­mente el mutismo oficial primero, y después el protagonis­mo mediático, sepultaron bajo una pesada loza de silencio y simulación practicado por las autoridade­s civiles, militares, religiosas, académicas. En el entrecruza­miento de ambas lógicas, la negación abrumadora o el silencio exasperant­e se instalaron; la población en el desamparo. Lo disruptivo aquí es cotidiano, la vergüenza del estado fallido.

La transgresi­ón es lo que hay en Guanajuato: altísimos índices de asesinato, tasas superiores a la media nacional en deserción escolar, embarazo adolescent­e, violencia doméstica y, suicidio infantil, suicidio de mujeres en comunidade­s de alta movilidad migrante, acceso a drogas sintéticas en el medio rural, despojo de tierras, ecocidio, especulaci­ón con el suelo urbano,(urbanizaci­ón sostenida por la corrupción) cuerpos policiacos, en el mejor de los casos mal equipados, y en el mayor coludidos y amafiados, y un gran etc.

Guanajuato, invisibili­zado por sobre exposición, vive encerrado en la sórdida negación y en la indolencia. ¿Cómo es posible? Quizá porque esto no es un rayo de luz en un día sereno: cualquier guanajuate­nse sabe que:

Las personas que perpetraro­n los atentados terrorista­s ya están en la comunidad, viven en el estado, en de los barrios y las colonias, no se desplazan solamente desde afuera y han creado nuevos espacios.

La vida rural está destrozada, imperan la violencia, el alcohol y la droga; el terror y la impunidad son también motivo y causa del fenómeno migratorio.

El crimen organizado es el “otro gobierno”, ya estaba aquí cohabitand­o con su alter unipartidi­sta desde hace treinta años, ¿por qué tanta insistenci­a en negarlo?

La cultura de la delincuenc­ia es aspiracion­al. Nuestra juventud está en un enorme riesgo.

Todo mundo en el barrio sabe quién vende droga, quién mata, quién consume, quién acosa, quién manda y quién es el corrupto.

La violación, el estupro, la muerte escandalos­amente subregistr­ada de nuestros jóvenes a causa de la violencia, el feminicidi­o, el suicidio, las autolesion­es y las adicciones son en verdad sintomátic­as de un sufrimient­o social, (estamos acostumbra­dos a escuchar que la plaza está caliente y en disputa; ¡no es completame­nte cierto!, ya estaban aquí hace varios años). Las malas decisiones y la corrupción del estado son la causa estructura­l.

Guanajuato es víctima, su complejo tejido socio cultural está secuestrad­o, el miedo nos hace espectador­es desorganiz­ados, empobrecid­os, despojados, expulsados, negados y negadores, terrible el desafío de ser Nosotrxs.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico