Una Guardia Nacional civil
Las recientes declaraciones en torno al posible cambio de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional, y la intención de mantener a las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública más allá del periodo establecido en la reforma constituci
EGENARO AHUMADA n 2019, cuando se creó la Guardia Nacional, las fuerzas políticas en el Congreso de la Unión definieron que esta corporación debía tener un mando civil y que, a pesar que en un primer momento estaría conformada por elementos militares, estos debían transitar al orden civil con el establecimiento de controles comunes en las corporaciones policiales, por ejemplo, el Certificado Único Policial.
A tres años del inicio de sus funciones, no solo no se ha avanzado en los procesos de formación, capacitación y certificación policial de los elementos de la Guardia Nacional, sino que, por el contrario, estos elementos aún pertenecen administrativamente a las Fuerzas Armadas y no existe reclutamiento de nuevos elementos civiles, y por tanto, se mantienen las transferencias de elementos militares para fortalecer su fuerza operativa.
Hay un falso debate que sostiene que solo el Ejército, la Marina y la
Guardia Nacional pueden “enfrentarse” a los grupos criminales, ya que las capacidades técnicas y operativas de las policías son fácilmente superadas. Asimismo, se ha sostenido que las Fuerzas Armadas son las únicas que cuentan con el entrenamiento y los recursos para controlar la violencia. Esta falacia toma mucha mayor fuerza luego de eventos de alto impacto, como los vividos en los estados de Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Chihuahua y Baja California de la semana pasada. Si esto ocurre es porque ha prevalecido un debilitamiento estructural e histórico de la policías en el país, estrangulándolas presupuestalmente y, por el contrario, otorgando cada vez más recursos y poder político a los militares.
Causa en Común promueve y promoverá siempre la vía civil como la única alternativa a largo plazo para construir una auténtica estrategia de seguridad que le devuelva la paz y la tranquilidad a la población, minimizando el riesgo de violaciones graves a los derechos humanos en la peor crisis de inseguridad y violencia que azota al país.
De igual forma, es importante señalar que no se trata de regresar a las Fuerzas Armadas a sus cuarteles, como comúnmente se señala. Se trata de que estas sigan realizando las importantes funciones que la Constitución le confiere en materia de seguridad nacional y de apoyo a la población, como por ejemplo, el invaluable apoyo que realizan en casos de desastres naturales con el Plan DN-III.
Se trata de honrar a nuestras Fuerzas Armadas respetando las atribuciones que las leyes les confieren. México necesita una GN civil.