Promesas y presupuestos
Se acerca la presentación del #PaqueteEconómico2023. El 8 de septiembre conoceremos quiénes son los ganadores y perdedores en materia de recursos públicos para el siguiente año.
Además de la Sener, la Comisión Nacional de Hidrocarburos y la Secretaría de Turismo encargada del Tren Maya han ejercido entre enero y junio de este año, el 80 por ciento de sus recursos asignados para todo el 2022. La Comisión Federal de Electricidad gastó 21 por ciento más de lo que tenía programado para la mitad del año. El resto de los ramos generales, empresas estatales y órganos autónomos tampoco se ajustaron al gasto programado, pero debido a un subejercicio. Por ejemplo, el Poder Legislativo gastó 31 por ciento menos de lo programado. Esta falta de apego a la programación aumenta la probabilidad de que terminen ejerciendo más o menos recursos de los aprobados originalmente por los diputados.
El Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) es una norma jurídica, no una lista de deseos. A pesar de la importancia que tiene, muchas veces es ignorado y modificado a conveniencia. Si bien es cierto que la administración pública debe poder reaccionar a la coyuntura y contar con cierta flexibilidad para actuar de la mejor forma posible, en la práctica, hay un uso y abuso de los recursos públicos. La regulación presupuestal es laxa en este sentido. Basta que la SHCP autorice e informe de las modificaciones y adecuaciones presupuestarias sin requerir la aprobación de los legisladores.
A pesar de tener presupuestos de chocolate, el proceso presupuestal dará inicio en las siguientes semanas y la pelea por los recursos públicos se intensificará. La discusión del #PaqueteEconómico2023 se da en un contexto en el que el Banco Mundial considera un crecimiento de 1.7 para este año y 1.9 para el siguiente. En donde la inflación no cede y se espera una desaceleración del crecimiento económico en las principales economías del mundo (2.2 por ciento para 2023).
El #PaqueteEconómico2023 tiene retos importantes, algunos autoimpuestos y otros estructurales: mantener el gasto en los programas sociales, aumentar o mantener el nivel de inversión, pagar pensiones que continúan comiéndose los recursos, no incrementar el costo de la deuda pública, controlar la inflación y mejorar la recaudación de ingresos. Esto sin dejar a un lado que posiblemente se vean aún más recortes a la estructura administrativa de las dependencias y de programas presupuestarios clave para algunos actores como el de las MiPymes.
Para el siguiente año, las promesas continúan, pero el presupuesto está en veremos. Los efectos conjugados de la inflación y la política de estímulos fiscales aún están por definir buena parte de los recursos públicos. Lo cierto es que, si de verdad se quieren cumplir las promesas, la asignación de presupuesto es el primer paso.
El #PaqueteEconómico2023 tiene retos importantes, algunos autoimpuestos y otros estructurales: mantener el gasto en los programas sociales, aumentar o mantener el nivel de inversión, pagar pensiones que continúan comiéndose los recursos, no incrementar el costo de la deuda pública, controlar la inflación y mejorar la recaudación.