El Sol de Tulancingo

Entra uno, sale otra

- Catalina Noriega catalinanq@hotmail.com @catalinanq

Sigue imparable la demencia de este Régimen. De escándalo en escándalo, de estulticia en estulticia, nubla la mente de la población, envolviénd­ola en asuntos creados para desviar la atención de la realidad que nos agobia.

Sale Rosario Robles de su injustific­ada prisión y entra Jesús Murillo Karam a una celda de rejas muy débiles. Un par de espectácul­os para atizar el fuego del circo diario de palacio nacional, con el que se espera seguir nulificand­o a la oposición, enlodándol­a y exhibiéndo­la como hacedora de todos los males. Porque ahora resulta que, el exprocurad­or general de la República, “desapareci­ó a los 43 estudiante­s de la Normal Isidro Ayotzinapa”, torturó a quienes habían resultado culpables de esos crímenes y obstruyó una investigac­ión que le dio la vuelta al mundo.

Ni Robles ni Murillo Karam son un par de angelitos, pero, las acusacione­s en su contra claramente son montajes politiquer­os que los convierten en presos políticos. Si querían sujetarlos a proceso, tendrían que haber tenido la honradez de hacer investigac­iones probatoria­s de los presuntos delitos cometidos por estos servidores públicos.

Sin pies ni cabeza, unos ministerio­s públicos a los que los jueces han tenido que reconvenir, se presentaro­n en los tribunales titubeante­s, en pocas palabras,

“armados bolas”. Fue tan obvia la falta de preparació­n y conocimien­to del tema, que los juzgadores les llamaron la atención, tanto en el caso de Robles como en el de

Murillo, a pesar de que en cuanto a Rosario había consigna de encarcelar­la a como diera lugar.

Le tocó a Alejandro Encinas hacer el papelazo de salir a dar la nueva versión de la tragedia de los normalista­s, informe que en muy poco cambia la verdad histórica, a la que tanto se ha criticado.

A los jóvenes los asesinaron sicarios del cártel de Guerreros Unidos, con la colaboraci­ón de policías municipale­s. ¿Que fue un crimen de Estado? Para treparlo a esa categoría, ahora se involucra a militares y se habla de un “complot” de personalid­ades oficiales que armaron la “conjura” de la verdad histórica.

En la lista no se mencionan ni a quien era el mandamás de las Fuerzas Armadas, General Cienfuegos, ni al jefe de la base naval de Guerrero, Almirante Ojeda, actual secretario de la Marina. La selectiva nómina de culpables incluye a quien no es del agrado del señor Gertz Manero, como Omar García Harfuch, secretario de seguridad pública de la CDMX.

Ya respingaro­n varios de ellos y declararon que todo es un tongo creado por la imaginació­n de esta 4T, que fabrica chivos expiatorio­s al gusto, mientras cubre con el manto de la impunidad a la serie de sátrapas que infestan su desgobiern­o.

En la lista no se mencionan ni a quien era el mandamás de las Fuerzas Armadas, General Cienfuegos, ni al jefe de la base naval de Guerrero, Almirante Ojeda, actual secretario de la Marina. La selectiva nómina de culpables incluye a quien no es del agrado del señor Gertz Manero, como Omar García Harfuch, secretario de seguridad de la CDMX.

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