Sólo se construye a través de la unidad
Hay una palabra que en el escenario político es frecuentemente pronunciada, pero escasamente practicada, algo que se ha pagado caro en no pocas ocasiones, se trata de “unidad”, que según prestigiados diccionarios como el Oxford Languages, tiene como signi
Destaca eso de dividirse, ni fragmentarse, sin alterarse o destruirse y de tal forma pasa en los diferentes espacios de la vida pública, entre los que desde luego va incluida la política, donde cada vez es más importante ver que no se puede ganar o meramente sobrevivir, si la unidad es solo evocada cada vez que se aproximan elecciones o eventos destacados.
Desde los años 80, cuando en el PRI se eligió candidato presidencial, partiendo de seis precandidatos, el determinar candidatos de diferentes partidos a las distintas justas políticas, empezó a volverse un proceso interno, en algunos casos resueltos con las bases, en otros, en urnas y algunos más lo hacían a través de sus comités ejecutivos.
El problema que empezó a significar el realizar esos procesos, era el de que derivaban frecuentemente en confrontaciones internas, que con frecuencia terminaban más expuestas informativamente hablando, que las propias justas políticas.
Con frecuencia, con tal de evitar este tipo de desgaste, la opción terminaba siendo, el buscar a un candidato de unidad, es decir, algún abanderado, que de una u otra forma reuniera los elementos necesarios para satisfacer en la medida posible a las diferentes corrientes políticas dentro de un partido, algo que se vuelve doblemente necesario cuando los aspirantes a un determinado cargo, representan a una alianza o coalición.
El llegar carentes de unidad a una elección, hace que los partidos políticos en México y prácticamente en cualquier parte del mundo, prácticamente lleguen al borde de la derrota. Lo vimos en el PRI de años como el 2006 o en el PAN del 2012, cuando se decía que con Felipe Calderón habían ganado la Presidencia, pero habían perdido al partido.
Un caso en el que la división y la confrontación interna, terminó comprometiendo el destino de un partido político,
El llegar carentes de unidad a una elección, hace que los partidos políticos en México y prácticamente en cualquier parte del mundo, prácticamente lleguen al borde de la derrota. Lo vimos en el Partido Revolucionario Institucional de años como el 2006 o en el Partido Acción Nacional del 2012, cuando se decía que con Felipe Calderón habían ganado la Presidencia, pero habían perdido al partido.
se dio en Estados Unidos, con el Partido Republicano, donde el ala moderada, empezó a confrontarse con la conservadora, conocida como “Tea Party”, durante el gobierno de George W. Bush, entre 2001 y 2009.
Esa confrontación, abrió la puerta al triunfo electoral del demócrata Barack Obama, en 2008 y en 2012, pero no solo eso, además le facilitó a un personaje ajeno al partido, el hacerse de la candidatura presidencial en 2016, ese fue el empresario Donald Trump, quien desde entonces y a pesar de haber perdido la reelección, ha seguido dominando a los republicanos, por continuar confrontadas las alas políticas.
Precisamente gracias a esa confrontación interna, existe una gran posibilidad de que Trump pueda volver a postularse a la Presidencia en las elecciones del 2024, lo que incluso preocupa a los demócratas, pues señalan que terminaría destruyendo la esencia política del bipartidismo estadounidense, todo por no poder conseguir la unidad, que en momentos así, hace lamentar su ausencia.