El Sol de Tulancingo

Silvia, LA GRAN, Pinal

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No recuerdo con exactitud cuál fue la primera obra en la que vi a la gran Silvia Pinal. Creo que fue en El año próximo a la misma hora, en el teatro Manolo Fábregas, el Señor Teatro, que la dirigió junto a Héctor Bonilla en esa maravillos­a comedia.

Ahí, en el vestíbulo de ese recinto hay una serie de fotografía­s y en ellas destaca la de Silvia en el montaje de Cualquier miércoles, con la que se inauguró aquel espacio y al que la señora Pinal ha regresado en diversas ocasiones.

Hablar de Silvia Pinal es hablar, entre otras muchas actividade­s, de teatro, del GRAN teatro que se ha visto en nuestro país en las últimas siete décadas.

Luego de sus primeros trabajos como actriz, que incluyen títulos como Celos del aire, La loca de Chaillot,y El cuadrante de la soledad, Silvia se aventuró en el que sin duda es su género favorito: el musical; y ya no sólo como intérprete, también como productora.

Fue en 1958 cuando Silvia trajo a México el primer musical tipo Broadway: Ring ring llama el amor.

Desde entonces La Pinal se ha mantenido permanente­mente ligada a los musicales, ya sea como actriz o como productora.

Sin duda su más grande éxito en estos terrenos ha sido Mame, que montó en tres ocasiones. Recuerdo que en el segundo acto de esta maravillos­a puesta hay un número que se llama Yo soy la juventud, que cerraba con un maravillos­o baile de tap; y al término del mismo, cada noche en los cientos de representa­ciones que acumuló, el público le brindaba una ovación de pie, interrumpi­endo la función, para reconocer a la GRAN estrella.

Hello Dolly!, Irma la dulce, Annie es un tiro, Gypsy (por cierto al lado de su hija Alejandra) son otros de sus triunfos como protagonis­ta de musicales; a los que hay que sumar los que produjo, como A chorus line o La jaula de las locas.

Incansable, tenaz, talentosa, trabajador­a, responsabl­e, doña Silvia inauguró dos teatros, primero el Silvia Pinal en 1989 y en 1991 el teatro Diego Rivera. El primero cerró y el segundo, finalmente, fue rebautizad­o como Nuevo Teatro Silvia Pinal, que hoy sigue en operacione­s.

Amén de los musicales, la lista de montajes de texto en los que Silvia ha participad­o es inacabable: Adorables enemigas, Vidas privadas, Plaza suite, La libélula, La señorita de Tacna, Leticia y Amoricia, Anna Karenina, Amor, dolor y lo que traía puesto, Debiera haber obispas…

Este lunes, doña Silvia, La GRAN Pinal recibe un más que merecido homenaje en el Palacio de las Bellas Artes por su brillante, incomparab­le, extensa, exitosa, sólida, versátil carrera.

La vida me ha permitido estar cerca de ella en diversas ocasiones, incluso trabajar a su lado, y esas experienci­as han sido únicas. Bien dice la sabiduría popular que los más grandes son los más sencillos y accesibles y doña Silvia Pinal es el mejor ejemplo de que eso es cierto.

Gracias Silvia Pinal por tu talento, tu simpatía, tu empeño, tu esfuerzo, pero sobre todo tu trabajo y ejemplo de responsabi­lidad.

Bravo, bravo, bravo a la gran Diva de nuestros escenarios. ¡Estamos de fiesta por ella!

Remedios,

Chema Torre,

EL CENTRO de la trama es la falta de dinero, que provoca que los hijos de tomen malas decisiones, e incluso se conviertan en los villanos

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