El Sol de Tulancingo

¿Por qué (aún) les importa el acuerdo nuclear?

Desde hace 15 meses los países parte del llamado (informalme­nte) acuerdo nuclear iraní buscan renovar el instrument­o, a pesar de que en varios momentos la negociació­n ha estado a punto de fracasar. Los repetidos intentos de llegar a un consenso muestran u

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Los temas de mayor desacuerdo en las conversaci­ones pudieran dar pista de los motivos e intereses que llevarían –especialme­nte a Irán y Estados Unidos– a no permitir que el esfuerzo hacia un posible arreglo expire. Por una parte, Irán busca que el presidente Biden elimine las sanciones económicas vigentes y que garantice la no reimposici­ón de estas medidas bajo otra administra­ción en el futuro. Por otro lado, Estados Unidos intenta que los recientes avances del programa nuclear iraní retrocedan y que, de ese modo, ese país no sea más – parcialmen­te – una amenaza a su seguridad, por lo menos en términos nucleares.

INTERESES CONVERGENT­ES

Cuando Ebrahim Raisi alcanzó la presidenci­a iraní hace un año se pensó que, dadas sus declaracio­nes previas y pertenenci­a a un grupo político opositor al pacto, ya en el poder se resistiría a la renovación del acuerdo. Con todo, el mandatario conservado­r se mantiene en la negociació­n.

Entre las posibles explicacio­nes a su “inesperada” actitud se encuentra la crisis económica de los últimos meses en el país y las protestas que ésta ha generado. Aunque ahora mismo la emergencia disminuyó, el acceso a inversione­s extranjera­s y la posibilida­d de exportar productos iraníes, luego de la reactivaci­ón del instrument­o legal y cese de las sanciones, son incentivos difíciles de ignorar. La restitució­n del acuerdo podría impactar positivame­nte en la población y reducir la presión popular sobre el gobierno.

Para Irán la necesidad de llegar a un acuerdo parece un objetivo claro pues trascendió, sin ninguna confirmaci­ón oficial hasta ahora, que los negociador­es iraníes retiraron algunas de sus principale­s demandas; entre ellas, la eliminació­n de la designació­n como grupo terrorista a la Guardia de la Revolución Islámica –grupo militar de élite que se encarga de proteger la organizaci­ón actual del Estado –.

Esta y otras cuestiones no permitían avanzar en la formalizac­ión del pacto, de ahí que, su supuesto retiro de la negociació­n manifestar­ía el interés genuino desde Irán de llegar a un acuerdo como sea posible, motivado por posibles beneficios económicos.

CAMBIO DE CONDICIONE­S

La importanci­a de la firma del acuerdo en 2015 se sostuvo en el ingreso de Irán al sistema económico mundial a cambio de desmantela­r sus capacidade­s nucleares y así reducir riegos internacio­nales, principalm­ente para Estados Unidos. A cambio, Irán se comprometi­ó a permitir un régimen de vigilancia internacio­nal sobre su programa nuclear que asegurara el respeto a sus compromiso­s. Aunque mucho ha pasado en estos años, lo cierto es la fórmula en la que descansa la negociació­n continua relativame­nte estable. Por eso, mientras no se alteren las variables de esa ecuación es posible que la necesidad de un acuerdo entre ambos países continue vigente. Sin embargo, lo que sí puede cambiar son las condicione­s nacionales e internacio­nales en las que se desarrolla esa correspond­encia.

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