El Sol de Tulancingo

¿Debe el PAN volver a salvar al PRI?

- Gustavo Madero Senador por el PAN

¿Debe el PAN perdonar al PRI después de que rompió su compromiso firmado de no apoyar la militariza­ción y de no modificar la Constituci­ón? ¿Debe mantener esa alianza a toda costa? Es tan trascenden­te la decisión que requiere ver las cosas desde una perspectiv­a histórica:

El PRI inició un grave proceso de deterioro en 1988 y desde entonces no lo ha podido detener. Ese año inició su final como el “partido hegemónico de estado” que dominó el sistema político nacional, con una férrea disciplina monolítica corporativ­a y la ideología del “nacionalis­mo revolucion­ario” que le permitió permanecer invicto en todas las elecciones a la presidenci­a y a las 32 gubernatur­as estatales por 60 años, desde su fundación en 1929 como PNR hasta su primera derrota reconocida en 1989.

En 1988 surgió la corriente crítica para promover la democratiz­ación del sistema político y oponerse a la implementa­ción del modelo neoliberal. Nació la Corriente Democrátic­a, encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas y Muñoz Ledo, quienes rompieron formalment­e con el PRI y formaron un nuevo partido, el PRD.

Fue entonces cuando el PAN acudió por primera vez al rescate del PRI, su enemigo histórico, publicando un desplegado “Compromiso nacional por la legitimida­d y la democracia” en el que le propuso una ruta para legitimars­e en el ejercicio de su gobierno con una agenda de reformas legales, entre otras la electoral que creó al IFE autónomo.

La derrota del PRI en el año 2000 llevó al Vicente Fox a la presidenci­a y se enfrentó con un grave dilema: darle la puntilla al PRI, desmantela­rlo y formar un nuevo sistema político, o darle respiració­n artificial para tener una transición de terciopelo. Fox optó por lo último y el PRI se refugió en sus gobernador­es quienes formaron a la Conago para tener fuerza e interlocuc­ión y le acabaron tomando la medida a Fox. Esta fue la segunda ocasión que el PAN le echó la mano al PRI para que no desapareci­era.

La tercera ocasión en la que el PAN salva al PRI fue en marzo de 2010 cuando el gobierno de Felipe Calderón firmó con el entonces gobernador Enrique Peña Nieto un pacto contra alianza del PAN con el PRD en el Edomex a cambio de aprobarle

La derrota del PRI en el año 2000 llevó al Vicente Fox a la presidenci­a y se enfrentó con un grave dilema: darle la puntilla al PRI, desmantela­rlo y formar un nuevo sistema político.

el presupuest­o y “construir gobernabil­idad”. Fue un acto de alta traición que cambió el rumbo del país. pues de no haberse firmado, el PRI hubiera perdido la elección y Peña nunca hubiera llegado a ser Presidente.

La cuarta ocasión en la que el PAN apoyó al PRI fue el Pacto por México en la que el PAN y el PRD impulsamos cinco grandes acuerdos y 95 compromiso­s para impulsar una agenda democratiz­adora y modernizad­ora y legitimar a un gobierno caracteriz­ado por su corrupción.

La quinta ocasión ha sido la alianza Va por México para sumar fuerzas y estructura­s en 2021. Evolucionó de alianza electoral a una alianza legislativ­a y aspiraba a ser alianza para un gobierno de coalición. Por eso, sorprende tanto la decisión de Alejandro Moreno de romper su compromiso y poner en riesgo el triunfo en Edomex y en el 24 solo para cuidar su futuro personal. El PRI ya ha perdido todas las elecciones de los estados que gobierna desde 2018. Llegar a tener solo tres ahora lo ubican al borde de la irrelevanc­ia y perder en 2023 el Estado de México significar­ía la puntilla a ese partido hegemónico que dominó el sistema político durante casi todo el siglo pasado. Y por eso la trascenden­cia de la decisión que deberá tomar el PAN. ¿Salvar al PRI es salvar a México o es perpetuar la agonía de un partido sentenciad­o?

¿Está siendo el PAN patriota, o sólo el tonto útil de un partido que lo utiliza cuando le conviene y lo traiciona cuando no lo necesita?

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