La pandemia, retroceso educativo para la primera infancia
Especialistas con años de experiencia en materia de educación inicial y preescolar se reunieron para identificar los retos y recomendaciones en la mesa de discusión de sobre educación del Sistema de Indicadores de Primera Infancia (SIPI México), impulsada por Early Institute.
En el panel participaron Irma Luna Fuentes, subdirectora de Educación Inicial en la Dirección General de Desarrollo Curricular de la Secretaría de Educación Pública (SEP); Brenda González García, directora de Atención de Políticas de Primera Infancia del Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna); y las investigadoras Katia Carranza Velázquez, de Mexicanos Primero, e Ixchel Beltrán Revilla, del Pacto por la Primera Infancia.
Inicialmente se dieron a conocer datos oficiales y validados disponibles dentro del SIPI en materia educativa, en los cuales se expusieron decrementos sustanciales durante la pandemia en las cifras de educación inicial y preescolar correspondientes a los periodos escolares 2019-2020 y 2020-2021.
La matriculación preescolar – de niñas y niños de entre tres y cinco años- decreció en ocho por ciento en 2020-2021 con respecto al periodo anterior. Aún más preocupante que la tasa de escolarización de educación inicial – niñas y niños de entre cero y dos años 11 meses- cayó en 18 por ciento. Sin lugar a dudas, la pandemia tuvo un impacto en la educación de la primera infancia, la cual se refiere a niñas y niños de entre cero y cinco años.
El impacto post pandemia por no llevar a niñas y niños a las escuelas en tiempo puede tener consecuencias brutales. Según lo expuesto, ya se alcanzan a ver y en estos próximos años se visibilizarán aún más los efectos de años previos, puesto quedebido a que niñas y niños que no se han relacionado con más personas porquedebido a que nunca han dejado a sus cuidadores, por lo que el cambio abrupto puede afectar su desarrollo social, emocional, cognitivo y , físico. Las especialistas destacaron retos importantes respecto a la necesidad de una regulación con estándares mínimos de calidad en los procesos educativos. Actualmente existen diversos “servicios”, “modalidades”, “guarderías” y “centros educativos” que no necesariamente están incorporados a la SEP y que además, no cumplen con estándares mínimos de calidad. Además, la falta de capacitación de agentes educativos en temas de primera infancia es evidente. De acuerdo a datos oficiales disponibles en el SIPI, el 20 por ciento del personal docente no tiene la formación mínima para impartir preescolar. Es necesario que en la educación se fortalezcan las capacidades entorno al marco del cuidado cariñoso y sensible y que se valore el capital humano de agentes educativos que ya están capacitados sin que influyan cambios gubernamentales en su rotación.
Coincidentemente, el bajo presupuesto en la educación de la primera infancia fue otro gran desafío planteado por las especialistas. Necesitamos una mejor asignación presupuestal en la primera infancia con progresividad y maximización de recursos. Invertir mejor e identificar los aspectos de atención prioritaria.
Desde Early Institute el think tank, Early Institute, consideramos imperante atender estos aspectos prioritarios. Se necesita difundir sobre la importancia de la educación inicial y preescolar, que no son lugares para guardar a las y los niños mientras se trabaja. Los centros educativos logran a través del juego y vínculos afectivos, apoyarles en su aprendizaje y educación, lo cual marcará los cimientos para su desarrollo social, emocional, físico y cognitivo para toda la vida.
Por otra parte, se hace un llamado a las autoridades de los niveles más altos a mejorar la asignación presupuestaria de la primera infancia con progresividad y maximización de recursos. Necesitamos invertir más en la calidad de los procesos educativos, sobre todo a través de la capacitación continua de agentes educativos. Las niñas y niños son sujetos de derechos y aprendices competentes y necesitamos garantizar su derecho a la educación.