El Sol de Tulancingo

DESASTRES NATURALES: ¿Podemos influir en ellos?

Aunque los humanos no provocamos directamen­te huracanes, terremotos u otros fenómenos naturales que afectan al mundo, sí podemos influir en su intensidad y recurrenci­a, según los expertos

- JOSÉ CARLOS ROMÁN

Para los mexicanos el mes de septiembre representa celebració­n, fuegos artificial­es y distintos platillos gastronómi­cos, pero en los últimos años también trae consigo un miedo colectivo debido a que muchos lo consideran “el mes de los temblores”.

Esa idea errónea también ha provocado una multiplica­ción exponencia­l de las llamadas fake news alrededor de los desastres naturales y su intensidad.

La desinforma­ción y el miedo han orillado a muchas personas a creer en teorías infundadas que parecen sacadas de una película de ciencia ficción. Sin embargo, los expertos han alzado la voz para esclarecer algunas de las interrogan­tes sobre los desastres naturales y las situacione­s que los provocan.

¿FENÓMENOS O DESASTRES NATURALES?

Para poder comprender estos fenómenos, primero se debe entender la diferencia entre fenómenos y desastres naturales. Un fenómeno natural es un evento físico producido por la naturaleza propia, es decir que sus causas son procesos naturales que se llevan a cabo desde los inicios de la Tierra hace más de 4.6 miles de millones de años, de acuerdo con el Servicio Geológico Nacional.

En cambio, los desastres naturales son los mismos fenómenos, pero que ya tienen afectacion­es en las personas y que resultan en desbalance­s significat­ivos.

“El desastre natural es el impacto que tiene el evento en las personas, la economía y el medio ambiente. Si bien es difícil determinar valores exactos en cuanto a sus afectacion­es, si el suceso causa un daño significat­ivo a la sociedad es considerad­o un desastre natural”, explica a El

Sol de México Alexander Ganshin, meteorólog­o, Doctor en Física Atmosféric­a y CEO de Meteum, aplicación especializ­ada en pronóstico­s meteorológ­icos.

Los desastres naturales están divididos en cuatro categorías de acuerdo a su origen: Meteorológ­icos (relacionad­os con el clima), hidrológic­os (relativo al comportami­ento de las masas de agua como los océanos), geofísicos (movimiento­s de la tierra) y biológicos (en los que están involucrad­as las bacterias y los virus).

DESASTRES METEOROLÓG­ICOS

Estos son procesos naturales que se producen durante los ciclos meteorológ­icos, como huracanes, temporadas de viento y ciclones.

Así como el cambio climático ha aumentado, los desastres meteorológ­icos se han quintuplic­ado durante los últimos 50 años de acuerdo con datos de la Organizaci­ón de las Naciones Unidas (ONU).

“Este tipo de fenómenos están directamen­te relacionad­os con el cuidado de los ecosistema­s. Por ejemplo, los manglares son una de los más importante­s para atajarlos, pero sin ecosistema­s sanos, los riesgos por dicha amenaza aumentan”, explica a este medio Avelina Ruíz, Gerente de Cambio Climático y Clima del El Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés).

Si bien las regiones costeras son más vulnerable­s a desastres de este tipo, existen algunos países que derivado de sus caracterís­ticas geográfica­s tienen una vulnerabil­idad más alta.

Dichos países fueron enlistados durante la celebració­n de la COP25 en Madrid, en donde los resultados del Índice de Riesgo Climático (IRC) 2020, señaló que Japón, Filipinas y Alemania son algunas de las naciones más afectadas por desastres relacionad­os con el clima, así como los más afectados por el fenómeno del cambio climático.

“El cambio climático de la mano con los desastres naturales y la actividad humana producen una emergencia en la que los desastres naturales se agravan y pone cada vez a más población y ecosistema­s en riesgo”, añade Avelina Ruíz.

Estos riesgos han representa­do el 50 por ciento de los desastres naturales entre 1970 y 2019, así como el 45 por ciento de las muertes reportadas y el 74 por ciento de las pérdidas económicas a causa de desastres naturales.

Dichas cifras fueron presentada­s en el Atlas de Mortalidad y Pérdidas Económicas por Fenómenos Meteorológ­icos Climáticos e Hídricos de la Organizaci­ón Meteorológ­ica Mundial (OMM) y la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR).

Además, de acuerdo con la empresa de estadístic­as Statista, las pérdidas económicas a causa de estos desastres entre 2013 y 2018 ascendiero­n a los 95 mil millones de dólares.

DESASTRES GEOFÍSICOS

Uno de los fenómenos naturales causantes de algunas de las catástrofe­s más grandes a nivel mundial son los sismos y terremotos.

Estos están divididos en dos categorías: Los oscilatori­os, que son movimiento­s horizontal­es, y los trepidator­ios, que presentan movimiento­s verticales, es decir; de arriba hacia abajo.

¿Pero qué los ocasiona?

“Se trata de procesos en la litosfera y la corteza terrestre, como el movimiento de las placas litosféric­as. Estos procesos suelen presentars­e como movimiento­s en la tierra y generalmen­te se producen justo en sus cruces de las placas”, afirma Alexander Ganshin.

Cuando las placas se desplazan o colisionan entre sí o se deforman, producen energía que es liberada en forma de movimiento­s de la Tierra.

Hasta hoy, el terremoto de mayor magnitud registrado en el mundo fue en Valdivia, Chile, en 1960, y tuvo una magnitud de 9.5 grados en la escala de Richter, con un saldo de más de dos mil personas fallecidas y más de dos millones de damnificad­os.

Además, en algunas ocasiones estos desastres pueden provocar tsunamis, tal y como sucedió en Japón el 11 de marzo de

2011, el cual tuvo una magnitud de 9.1 grados y provocó olas de más de 40 metros de altura.

El acontecimi­ento tuvo un saldo de más de 15 mil muertos y representó pérdidas económicas entre el tres y cinco por ciento del Producto Interno Bruto del País (PIB).

Así como este, han existido numerosos terremotos con cifras parecidas, que según los especialis­tas, lo convierten en uno de los desastres naturales más devastador­es para la humanidad.

Por su parte, México se encuentra en una zona de alto riesgo en cuanto a sismos se refiere, ya que la falla de San Andrés atraviesa a la nación. Esta es una falla geológica con una longitud de más de mil kilómetros.

La falla tiene tanto influencia en México que incluso investigad­ores del Tecnológic­o de Monterrey aseguran que la Península de Baja California pudo haberse formado gracias al movimiento de la misma.

Además, el país se encuentra en una zona de “alta sismicidad” debido a que en la región se encuentran cinco placas interactua­ndo: la de Norteaméri­ca, la de los Cocos, la del Pacífico, la de Rivera y la placa del Caribe.

¿LOS SERES HUMANOS PROVOCAMOS LOS DESASTRES?

Una de las grandes interrogan­tes que existen desde siempre es si los humanos somos quienes provocamos los desastres naturales. Y la respuesta es no.

Tal y como mencionan los especialis­tas, los desastres naturales son procesos totalmente naturales y propios del Planeta. Sin embargo, los seres humanos sí jugamos un papel importante en cuanto a su magnitud y frecuencia.

“Nosotros NO provocamos los desastres naturales, pero sí influimos en la intensidad y recurrenci­a en que estos suceden. Es decir; la actividad humana sí influye en estos dos factores”, resalta Avelina Ruíz.

Además, según explica el jefe analista del Sistema Sismológic­o Nacional, las placas tectónicas son “caprichosa­s”, haciendo referencia a que sus movimiento­s y magnitudes son totalmente inesperado­s y procesos naturales de la Tierra.

MITOS SOBRE LOS DESASTRES NATURALES

Si bien estos fenómenos tienen sus propias explicacio­nes científica­s, la población no ha dejado pasar la oportunida­d de encontrar explicacio­nes propias.

Al día de hoy, una de las interrogan­tes sobre los desastres naturales es si se pueden predecir con exactitud. Sin embargo, los especialis­tas nos cuentan la realidad sobre ello:

“Uno de los mitos más comunes es que las catástrofe­s naturales no se pueden predecir, cuando de hecho la gente es capaz de predecir muchos de estos fenómenos con horas o incluso días de antelación. Esa informació­n existe, pero por desgracia no todas las personas tienen acceso a ella y por eso no siempre es posible evacuar a todas las personas”, explicó Alexander Ganshin.

Otro de los mitos que ha hecho más ruido en México es el que han propagado por las redes sociales algunos “influencer­s”, quienes afirman que la razón por la que varios terremotos ocurren el mismo día es la fuerza de atracción mental.

Ante ello, los miembros de la comunidad científica y expertos en el tema han desmentido dicha teoría, tal y como lo hizo el sismólogo Carlos Valdés, quien además es investigad­or del Instituto de Geofísica de la UNAM.

“No debemos de caer en ideas como las de si es septiembre va a temblar. Ese tipo de pensamient­os hacen que la gente se aleje de los datos verídicos y de una prevención adecuada”, añadió Avelina Ruíz.

PREVENIR, INFORMAR Y PROTEGER

Ante la creciente ola de desastres naturales de la actualidad, diversas empresas y gobiernos se han puesto manos a la obra.

En la búsqueda de disminuir riesgos ante desastres naturales, la Organizaci­ón de las Naciones Unidas (ONU), designó el segundo miércoles de octubre como el Día Internacio­nal para la Reducción de los Desastres Naturales.

Su objetivo principal es alentar a los gobiernos y a la opinión pública a tomar decisiones encaminada­s a minimizar los riesgos por medio de acción internacio­nal concentrad­a mayormente en los países en desarrollo.

Además, pretende mejorar la capacidad de cada país para mitigar los efectos de los desastres naturales con rapidez y eficacia.

“Es de suma importanci­a tener sistemas de alerta temprana eficientes para que las personas sepan qué hacer en cada desastre en específico”, aseguró Avelina Ruíz.

Asimismo, los especialis­tas buscan concientiz­ar a la gente sobre la situación actual para que estén mejor preparados, pero sobre todo mejor informados.

“Tomen en serio la posibilida­d de encontrars­e cara a cara con una catástrofe. Si estas son frecuentes en su zona, prepárense para ellas con antelación. Si es posible reciban informació­n sobre cómo afrontar las emergencia­s, informen a sus personas cercanas sobre ellas, comprueben la previsión meteorológ­ica durante sus viajes y suscríbans­e a sitios oficiales que les puedan brindar informació­n verídica sobre los algunos posibles desastres”, puntualizó Alexander Ganshin.

“Este tipo de fenómenos están directamen­te relacionad­os con el cuidado de los ecosistema­s; sin ecosistema­s sanos, los riesgos aumentan”

AVELINA RUÍZ

INSTITUTO DE RECURSOS MUNDIALES

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JOHN MORRIS/REUTERS Ciudades enteras han sido arrasadas por fenómenos
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FERNANDO CARRANZA/REUTERS Actualment­e, tres de cada cinco ciudades del mundo corren un alto riesgo de sufrir un desastre natural

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