El Sol de Tulancingo

Pena de muerte y castración, aberrante

- Raúl Carrancá y Rivas Profesor Emérito de la UNAM @RaulCarran­ca www.facebook.com/ despacho raulcarran­ca

El gobernador de San Luis Potosí abogado Ricardo Gallardo Cardona, del Partido Verde Ecologista (mejor “Rojo” bañado de sangre), anunció que enviará una iniciativa de reforma al Congreso del Estado solicitand­o la pena de muerte para los “feminicida­s” y la castración para los violadores; y al respecto dijo textualmen­te: “primero vamos a pedir pena de muerte, pero como vamos a ver que se nos va a negar porque es una reforma que tendría que ir a los 32 Estados, vamos a pedir que se cape a los violadores, eso sí está en nuestras manos.

Va a poder quedar asentado en las leyes del código penal local y vamos a capar literalmen­te a todos los violadores”. Así de bárbaro, de primitivo y de salvaje en un abogado que se supone conoce el Derecho Constituci­onal y el Penal; aunque en el caso ni siquiera “por encima” sino “por debajo”. ¡Es increíble! Pero se trata de algo que es real en este país donde abundan las iniciativa­s de ley plagadas de ignorancia que sólo hacen ruido y escándalo propagandí­stico.

Me explico. Tan absurda iniciativa debería de ser rechazada por las siguientes y obvias razones. De sobra es sabido, salvo para quienes tienen vendados los ojos y taponados los oídos, que la pena de muerte, excluida de nuestra Constituci­ón y de nuestros códigos penales, no remedia nada sino al contrario. En ningún sentido es útil y en consecuenc­ia tampoco es necesaria ni ejemplar como lo demuestran ampliament­e las estadístic­as. Es de sobra conocido que no se readapta al sentenciad­o ya que se lo regresa, hipotética­mente readaptado, a la misma sociedad criminógen­a (Jean Pinatel); lo que no sirve de nada, absolutame­nte de nada. Ya no se discute que la función primordial del Derecho Penal (funcionali­smo) debe ser sancionar o castigar al infractor de la ley para que así repare el daño causado. Pero si con la reparación -siempre relativa en términos humanos- no se logra nada, entonces sucede que es nula la función del Derecho Penal. Sin embargo no se lo puede omitir o “tirar a la basura”, lo que implica que urge buscar una solución al problema (revisionis­mo penal). Hay que revisar nuestro sistema penal. Resulta por lo tanto que la cárcel es altamente negativa y nociva, sujeta a mil formas de corrupción tanto en México como en el mundo entero. En lo tocante a la pena de muerte no nos hemos

Tan absurda iniciativa debería de ser rechazada por las siguientes razones. De sobra es sabido, salvo para quienes tienen vendados los ojos y taponados los oídos, que la pena de muerte, excluida de nuestra Constituci­ón.

cansado de repetir, una y mil veces, que sólo elimina físicament­e al delincuent­e pero no a las causas generadore­s de la violencia criminal. En rigor -insisto- no resuelve nada, quedando en el espacio de la venganza de Estado; aparte de su funesto papel en los mal llamados delitos políticos. En lo tocante a castrar o capar a los violadores, y aparte de su abierto desacato a lo dispuesto en la Constituci­ón (art. 1o) y en el Código Penal Federal (art. 24), es, repito, tan bárbaro y salvaje que nulifica o anula la historia del Derecho Penal; regresando al primitivis­mo de las ideas y casi casi a las cavernas (de donde muchos políticos no han salido, o salieron y hoy nos “asaltan” con lo que sale de sus bocas y endebles cerebros). En suma, así no se enfrenta la criminalid­ad ni se resuelve el problema que ella entraña. Mal haría el Congreso del Estado de San Luis Potosí en dar la espalda a la Constituci­ón Federal y a la local. Bien es cierto que en una democracia todo se puede decir, con las limitacion­es consabidas, pero hay quienes deberían usar siempre, permanente­mente, el tapabocas de la pandemia. Hago votos porque ésta no cunda y contagie a los legislador­es con la pandemia de la locura y de la sinrazón.

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