L'État, c'est moi
HACIA UNA CULTURA DE LA PAZ
Hace unos días escuché en la radio a un “experto en seguridad”, decir que seria bueno que las medidas represivas adoptadas por Bukele en El Salvador, se impusieran en México también, para acabar con la violencia y el narco; pero se atravesaba ese “detalle” de los derechos humanos. Son varias las persona que comparten este pensamiento, sin importar si se incurre en violaciones a estos derechos.
Para frenar la violencia de las pandillas, se incrementaron las facultades de la policía y del ejército, y se aumentaron las penas de prisión a pandilleros. Las medidas excepcionales resultan crueles e inhumanas. Se dice que diariamente sacan entre cinco y diez cuerpos de las prisiones y los tiran en una fosa común.
Para acabar con la violencia, AMLO quiere que la Guardia Nacional pase a la Sedena, incluso si se viola la Constitución. En la práctica ya se hacía, pero que el senado apruebe la propuesta, significaría la militarización formal del país. El Artículo 21 indica que las instituciones de seguridad son civiles y el 129, les prohíbe a las fuerzas armadas tener participación en la sociedad en tiempos de “paz”. El presidente, caprichosamente desea que su idea se imponga, independientemente de las consecuencias y que sean aceptadas sin cuestionar. Este es un mensaje
Para acabar con la violencia, AMLO quiere que la Guardia Nacional pase a la Sedena, incluso si se viola la Constitución. En la práctica ya se hacía, pero que el senado apruebe la propuesta, significaría la militarización formal del país.
político delicado donde lo que se escucha primordialmente es: L'État, c'est moi, el “Estado soy yo” como dijera el rey absolutista Luis XIV en franca, y se hace lo que digo.
Levitsky y Ziblatt indican en su libro “Cómo mueren las democracias” que para identificar a una persona autoritaria, habría que observar si tolera y alienta a la violencia, restringe libertades (incluidos los medios de comunicación) y apoya leyes o políticas que limitan derechos.