DERRIBA BARRERAS DE GENERO
LA MEXICANA COMENZÓ EN ESTA DISCIPLINA DESPUÉS DE QUE EN EL BEISBOL LE CERRARAN LA PUERTA POR SER MUJER; PONE DE EJEMPLO A LAS DIABLILLAS DE HONDZONOT
La vida de Steffy Aradillas nunca fue la misma desde el verano del 2021, cuando, junto a la Selección Mexicana de Softbol, probó el vértigo de participar los Juegos Olímpicos. Si antes el deporte ya había llamado la atención en México gracias a los buenos resultados cosechados en los Juegos Centroamericanos de Barranquilla 2018, donde ganaron la medalla de plata, su exposición en Tokio superó las expectativas.
La softbolista capitalina no sólo ve su deporte como una oportunidad de conseguir logros en las competencias más prestigiosas, sino también como un medio para derribar las barreras de género en la sociedad mexicana. El fenómeno es visible en equipos amateur como Las Diablillas de Hondzonot. “El softbol mueve pasiones, mueve culturas, le da su importancia y su lugar a las mujeres, como tal cambia todo un sistema social y cultural solamente por jugar softbol. Cambia vidas, cambia la perspectiva, cambia el machismo. En específico con Las Diablillas, tuve la oportunidad de estar con ellas después de Juegos Olímpicos y convivir con ellas, saber su historia, que antes se tenían que escapar porque no las dejaban practicar deporte, que decían que era para hombres, hoy en día se junta más gente a verlas que a los juegos de beisbol de hombres. Sus esposos van a verlas y las van a apoyar”, cuenta Aradillas en plática con ESTO.
La conciencia social de la deportista viene de lejos, acaso motivada por una experiencia personal. Cuando era una niña, y después de haber probado varios deportes, encontró el beisbol. A pesar de que por aquel entonces su máxima motivación era hacer una carrera en el “Rey de los Deportes”, la realidad la golpeó con fuerza, al enterarse de que no podría ir a un Mundial por el hecho de ser mujer. Fue así que descubrió el softbol, donde ha cumplido sus más grandes sueños.
“Siempre practiqué deportes, un poquito de todo: natación, gimnasia, danza, tenis, karate, beisbol, y de pronto, cuando juego beisbol con niños y me dicen que no puedo ir a un Mundial por ser mujer, ahí decido cambiarme al softbol, lo demás es historia. A los nueve años me cambié al softbol, a los 15 empecé a representar a México y a los 27 representé a México en los Juegos Olímpicos. No cambiaría nada de lo que viví, en su momento tal vez fue doloroso pero ahora lo veo como un regalo”, dijo.
“Nunca pensé en ser atleta de alto rendimiento, solamente la vida me fue
Mi vida dio un gran cambio después de los Juegos Olímpicos, es una experiencia que sí cambia vidas, no dimensionas qué tantas enseñanzas te puede dar hasta que lo vives”
STEFFY ARADILLAS
SOFTBOLISTA
llevando, fui tomándolo más en serio. De inicio era pasar un buen rato, divertirme. Poco a poco fui dando resultados, me fueron convocando cada vez a selectivos más importantes. De pronto me enteré que existían los Mundiales, los Juegos Centroamericanos, los Panamericanos, y cada vez mis aspiraciones fueron más grandes”, agregó.
La irrupción de la Selección Mexicana de Softbol fue vertiginosa. Si los Juegos Olímpicos cambiaron la vida de sus integrantes, ellas a su vez también lograron impactar en la realidad de millones de niñas.
“No dimensionamos las vidas que íbamos a tocar, si bien antes de irnos a nuestro último campamento previo a Juegos Olímpicos, estuvimos en Ciudad de México y de pronto me paraba a batear y escuchaba que coreaban mi nombre, eso no lo había vivido antes; ahora me ha tocado escuchar de la voz de niñas decir que su sueño es ir a Juegos Olímpicos, que su sueño es ser softbolista”, remarcó.