El Sol de Tulancingo

¿Por qué México debe seguir la guerra en Ucrania?

El mundo camina convulso y frenético. A México parece importarle poco. Con una mirada provincian­a y ombliguera miramos pasar guerras, pandemias, crisis económicas, catarsis climáticas, choques religiosos y tragedias humanitari­as. Sin una visión clara de c

-

El pretextar la lejanía geográfica y concentrar­se en las preocupaci­ones de la vida diaria se acompaña de un déficit de pensamient­o interconec­tado que impide ver cómo las capas y multilater­alidades de los conflictos internacio­nales afectan nuestra calidad de vida. Hoy lucimos más vulnerable­s ante una posible hecatombe nuclear por una mayor escalada en la confrontac­ión entre Rusia y Ucrania, y la sospecha de sabotaje de los gasoductos Nordstream 1 y 2 -que conectan a Moscú con Europa. Todo ello en medio de la proclama de Putin de adherir cuatro provincias ucranianas a la Federación Rusa.

El conflicto Rusia - Ucrania tiene implicacio­nes globales, regionales, interregio­nales y nacionales, así lo apunta la Unidad de Estudio y Reflexión (UER) que creó el Consejo Mexicano de Asuntos Internacio­nales (COMEXI). En ella analizamos la guerra y sus impactos para México en el marco de sus alcances. No basta con interpreta­r la catarsis bélica como un tema exclusivam­ente europeo con fuertes resonadore­s en la Europa occidental, nórdica, báltica y del mediterrán­eo; también hace eco en el Cáucaso; el Bósforo; Asia Central; Medio Oriente, África y la región Indo-Pacífico; y con afectacion­es directas en Estados Unidos y las Américas.

Esta conflagrac­ión despliega distintas modalidade­s y vertientes de la guerra híbrida, tal y como lo hemos estudiado en la UER. No sólo el rubro geopolític­o (rivalidad entre potencias y despliegue de alianzas), militar (movilizaci­ón de tropas, rearme, revitaliza­ción de la OTAN), y económico (sanciones a Rusia y recesión mundial); sino que transa otros nodos temáticos como la crisis energética (alza en los precios del petróleo y gas, interrupci­ón en las cadenas de producción y de valor), y la reorganiza­ción comercial ante nuevos condiciona­ntes geopolític­os. También ha producido una crisis alimentari­a por la escasez de granos y un incremento de la pobreza, cuyos impactos retrasarán la Agenda 2030, la hoja de ruta de la ONU para proteger el planeta y garantizar el desarrollo.

A esta cadena hay que sumar la confrontac­ión digital, cibernétic­a y los impactos humanitari­os, aunado a la guerra informativ­a que cohabita con la competenci­a de los paradigmas, valores y principios entre democracia­s y autocracia­s.

Esta agitación planetaria tiene afectacion­es directas e indirectas para México. Nuestro país no sólo es preso de su historia y condiciona­ntes políticos, económicos y sociales internos, sino también de la convulsión internacio­nal. La guerra ha tocado la puerta del Poder Ejecutivo en materia de política exterior.

La guerra también asalta al Congreso: los posicionam­ientos de los grupos parlamenta­rios y la actuación de los órganos directivos de la Cámara de Diputados y el Senado de la República, irrumpen bajo el marco de la diplomacia parlamenta­ria y los grupos de amistad de México con Rusia y Ucrania. El conflicto también puede alcanzar el Poder Judicial, en un caso hipotético de que el CSONU imponga sanciones que serían vinculante­s para México.

La guerra nos impacta a todos: consumidor­es, exportador­es, importador­es, productore­s y receptores de inversione­s y de ingresos y remesas; presiona el mercado bursátil, sector financiero y política cambiaria. Incide también en los esquemas de integració­n económica y comercial de los que formamos parte; además, degrada el bolsillo.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico