Las huelgas de la UNAM
En 1582 se tiene documentada la primera huelga de México, ocho albañiles, un racionero y el Maestro de capilla decidieron interrumpir sus actividades laborales en la construcción de la catedral metropolitana de la CdMx.
En la Nueva España hubo ausencia de aspirantes por los bajos salarios que otorgaban en la construcción de la enorme obra. Las mal llamadas huelgas estudiantiles que han suspendido las actividades académicas y administrativas de la UNAM, han sido un arma política de presión y equilibrio de poder en la institución, ya sea a instancias de agentes internos, externos o de ambos.
Más allá de los motivos, muy loables, como la defensa de la educación gratuita y pública, como lo establece la Constitución; la lucha por alcanzar otra ruta política como el designar un porcentaje mayor en la asignación del presupuesto federal y buscar formas de autofinanciamiento para incrementar la matrícula estudiantil y ampliar con campus en cada entidad federativa para que tangiblemente tenga presencia nacional, pareciera una ruta inconclusa, limitada y de poco o nulo interés.
Los autores intelectuales de la suspensión de labores, principalmente académicas, en la UNAM afectan en principio a miles de jóvenes estudiantes tanto de bachillerato, como de licenciatura y posgrado. Más allá del derecho a la protesta por los motivos que cada sector manifieste, el daño económico a las finanzas universitarias, la ausencia de rentabilidad al continuar pagando sueldos de profesores y personal administrativo, así como el mantenimiento de instalaciones, causa un boquete al incumplir la principal labor de la UNAM que es educar.
Los que hemos participado en movilizaciones como líderes estudiantiles no debemos olvidar que las condiciones de México cambiaron, que ya tenemos un congreso del pueblo con mayoría y que el Movimiento hoy es gobierno; por ende, la ruta se convierte en institucional, porque podría interpretarse que las demandas de hace 23 años y por las que se luchó siguen teniendo a los mismos interlocutores, y no es así, lo que hoy se pretende hacer con la UNAM, suspendiendo labores en varios planteles, es enrarecer el clima político en
Lo que hoy se pretende hacer con la UNAM, suspendiendo labores en varios planteles, es enrarecer el clima político en el fin del sexenio y previo a las elecciones del 23 y 24. La misma receta, con los mismos ingredientes, los mismos cocineros, pero en tiempos distintos, lo único que traerá es descontento en contra de los autores plenamente identificados. Nuestra Universidad no debe ser nunca más el botín político ni el vehículo de desestabilización de intereses ajenos. Es un orgullo ser universitario... ¡Goya!
el fin del sexenio y previo a las elecciones del 23 y 24. Podrían ser los mismos hilos y sus reminiscencias que añoran con nostalgia las épocas de la movilización del CEU y del CGH, eso ya es para la historia, para las pláticas trasnochadas de los de más de 50 años que participaron.
La UNAM es la institución educativa más admirada y querida por los mexicanos por encima de cualquier otra, la de mayor tradición y la que representa al país entero frente al mundo, pues según el QS World University Rankings, de casi 1,500 universidades a nivel global, la UNAM ocupa el lugar 104 y el segundo de América Latina.
Por lo que la misma receta, con los mismos ingredientes, los mismos cocineros, pero en tiempos distintos, lo único que traerá es descontento en contra de los autores plenamente identificados.
Nuestra Universidad no debe ser nunca más el botín político ni el vehículo de desestabilización de intereses ajenos. Es un orgullo ser universitario... ¡Goya!