Poco interés ciudadano por el INE en Hidalgo
La defensa del Instituto Nacional Electoral (INE) no es algo que ocupe a la sociedad hidalguense.
Ayer domingo se realizaron en diferentes ciudades del país las manifestaciones en contra de la reforma impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador en materia electoral, toda vez que va en contra de ese instituto y de la democracia.
Pero en la ciudad de Pachuca, corazón de Hidalgo, la convocatoria no tuvo respuesta de los ciudadanos. Quienes le dieron forma a dicha movilización fueron unos cuantos priistas, encabezados por Julio Valera y Benjamín Rico, presidentes del priismo estatal y municipal, respectivamente.
Esta vez no participaron las personas responsables de gobernar las 84 alcaldías de la entidad. Ni siquiera aquellas que nos han acostumbrado a verlas en todo tipo de reuniones y eventos masivos.
Ayer fue un día sumamente tranquilo en la capital y en todo el estado que, dicho sea de paso, se ha caracterizado porque su gente se interesa en la política.
Las tierras hidalguenses han visto crecer a muchas mujeres y hombres que han sobresalido a nivel nacional en el ámbito político, pero parece que hoy no les importa si el INE se mantiene o no como está.
Sólo una pequeña parte del priismo hidalguense salió a las calles y seguramente lo hizo en resonancia a que su dirigencia nacional hizo lo propio en la ciudad de México.
Por su parte, el panismo prácticamente se quedó en casa y ni qué decir del perredismo, fuerzas políticas que acompañaron al PRI en coalición en la elección pasada.
OTRAS PREOCUPACIONES DE LA GENTE
Lo cierto es que actualmente las personas están más preocupadas por resolver su situación económica que en defender a una institución que garantiza la democracia.
Y es que aun cuando México goce de democracia, lo que hace falta es empleo, así como salarios dignos para solventar las necesidades básicas.
Y además de ello, en paralelo corre el camino del descrédito, de la desconfianza y del enojo que existe hacia la clase política, sin importar el partido de que se trate, ya que las promesas fluyen un día sí y otro también, pero pocas se cumplen, unas cuantas son las que se hacen realidad y llevan beneficios tangibles a la ciudadanía.
Hace un par de días, el sábado previo a las manifestaciones, nos decía una mujer adulta: “Ni a quien creerle, ya no sabe uno, y ni sé de qué hablan. Lo que quisiéramos es que hubiera trabajos en Hidalgo para los hijos y los nietos. Lo que sí nos ayuda es el dinero que nos da el presidente”.
Así que, mientras sean peras o manzanas, lo importante es lo importante. Y al buen entendedor, pocas palabras.
LA POBREZA ES EL ENEMIGO A VENCER
El gobernador de Hidalgo, Julio Menchaca Salazar, habló de uno de los temas torales de Hidalgo y de México en su conjunto: la pobreza.
Hace unos días el mandatario dijo que ese es el enemigo a vencer y tiene toda la razón.
Mientras prevalezca la pobreza y la desigualdad sea mayor, nada cambiará para bien. Los ricos serán más ricos y los pobres tendrán mayores carencias.
Por eso será importante conocer a detalle las políticas públicas que la actual administración implementará en los próximos seis años, para saber si realmente ayudarán a mejorar las condiciones de vida de los pobres en este sexenio. Esperemos que sí.
Ojalá que no haya que esperar a que la actual población hidalguense muera y sean las nuevas generaciones las que vean los cambios, los beneficios, como lo anticipó ayer domingo Miguel Ángel Tello, secretario de Planeación estatal, en un mensaje en su cuenta de Twitter que a la letra dice: “Se construye país para las siguientes generaciones, no para las que lo vivimos”.