En riesgo la seguridad alimentaria
Hasta 40 por ciento de la producción agrícola mundial se pierde por causa de las plagas que llegan a afectar a los diferentes cultivos, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
La industria de plaguicidas es una de las más reguladas en el mundo; para que un producto para la protección de cultivos salga al mercado y pueda ser utilizado, pasan años de ensayos y procesos experimentales, pruebas de laboratorios y de campo; no sólo para determinar la efectividad de este producto, sino también pruebas toxicológicas para garantizar el cuidado de la salud y del medio ambiente en donde se utilice; son como las medicinas que se utilizan para la salud humana y que, en este caso, es para la salud y sanidad de las plantas.
Los plaguicidas, al igual que las medicinas, utilizándolos de manera adecuada y correcta, no tienen porque ocasionar daños a la salud, ni al medio ambiente; sino, todo lo contrario, contribuyen a tener mayores y mejores cosechas para la alimentación de toda la población.
Existen métodos biológicos que también son utilizados, como el uso de insectos benéficos; de insumos biológicos que también ayudan al control de plagas, sin embargo, no son tan eficientes cuando los niveles de infestación son altos, por lo cual muchos productores combinan varios métodos, haciendo un manejo integral para el control de las plagas, enfermedades y malezas.
Sería un grave error el prohibir plaguicidas que son utilizados bajo regulación en todo el mundo; menos bajo un supuesto de principio precautorio; las decisiones tienen que estar basadas 100 por ciento en ciencia y no en tratar de imponer ideologías; esto no corresponde a un país libre y soberano.
Si dejamos de producir alimentos en México, dependeremos más y más de las importaciones de productos básicos de otros países que sí utilizan los plaguicidas, lo cual sería una total incongruencia, cuya consecuencia sería acabar con la planta productiva nacional y aumentar la dependencia alimentaria, misma que sigue avanzando paulatinamente, aún sin estas medidas radicales, y que va en contra de la meta de autosuficiencia alimentaria que dice buscar el actual gobierno.