El Sol de Tulancingo

La disciplina partidista

- Ricardo Peralta

Las estructura­s de dirección de los partidos políticos, que comúnmente son electos por simpatizan­tes y militantes, se sujetan a una serie de compromiso­s con los que de una u otra forma les apoyaron para legitimar su estancia en esa esfera de poder. Nadie llega solo, ni por sus méritos, ni por tener capital político; son coyunturas, alianzas y suerte.

Cuando comienza a madurar el ejercicio de las facultades y atribucion­es de los dirigentes respecto al ejercicio de los partidos, en tiempos electorale­s, vienen diversas acciones políticas que comúnmente van apegadas a la normativid­ad interna del instituto político, los estatutos partidista­s se posicionan en lo alto de la pirámide invertida si hiciéramos una analogía de la jerarquía de las normas de Hans Kelsen.

Los métodos para la elección de aspirantes a los miles de cargos de elección popular en nuestro país varían y son lícitos si así lo define el Consejo Político Nacional como máximo órgano partidista; en el caso de Morena, el método de las encuestas a la población ha sido el utilizado en las elecciones desde su fundación a la fecha. En 2020, el partido tuvo los peores resultados en los estados de Coahuila e Hidalgo por la ausencia absoluta de un liderazgo que lograra emancipar a los distintos grupos políticos de esas entidades, prácticame­nte se perdió todo; Alfonso Ramírez Cuéllar, el defenestra­do y precoz presidente de entonces, resultó una nulidad, confundió el poder con el liderazgo.

La presencia del presidente Andrés Manuel López Obrador como primordial ideólogo, líder moral y espíritu de la Cuarta Transforma­ción, Obradorism­o y del partido, dieron los buenos resultados en 2021, donde se ganaron 11 de 15 gubernatur­as más un gobernador aliado, y en las que participam­os activament­e desde nuestra trinchera; además se obtuvo mayoría en los congresos, todo ello de la mano y de acuerdos con actores políticos, partidos y agrupacion­es locales. En la enorme mayoría de los casos, los candidatos, ahora gobernador­es, tienen una trayectori­a política de varias décadas, experienci­a, madurez y arraigo con sus paisanos; los menos, la oportunida­d política al no existir aspirantes con caracterís­ticas adecuadas a la condición política del lugar y con cierto trabajo en favor del movimiento.

El poder político es fácil de obtener cuando existen mayorías, pero cada vez resulta más complejo de utilizar, ya que en ese ejercicio se requiere de una serie de

Los métodos para la elección de aspirantes a los miles de cargos de elección popular en nuestro país varían y son lícitos si así lo define el Consejo Político Nacional como máximo órgano partidista

virtudes que logran afianzar las barreras contra rivales y otros aspirantes a los mismos cargos de elección popular, lo que los nulifica una vez que se expresa claramente una de estas virtudes que es la disciplina.

Los requisitos para ser militante de cualquier partido político cuando menos señalan el cumplimien­to de los estatutos, cumplir con la ideología y la doctrina fundaciona­l del mismo, ser leal, llevar a cabo actividade­s donde se enaltezca dicha filosofía. No hacerlo así deja en duda de cómo sería un gobernante que ni siquiera se sujeta a la parte básica de aceptación del sistema democrátic­o y político.

La disciplina partidista busca la cohesión de sus integrante­s, es deseable que exista pluralidad, incluso grupos políticos, pero los liderazgos deben tener una sola autoridad que es la del partido. La debilidad disciplina­ria es muestra de arrogancia, soberbia, inmadurez, prepotenci­a e inestabili­dad emocional.

El carisma, la inteligenc­ia, la narrativa y una buena oratoria son elementos naturales que no son suficiente­s, pero sí necesarios para aspirar a una candidatur­a. La buena conducta, la fama pública y, sobre todo, el reconocimi­ento popular son elementos sine qua non evidentes a la opinión pública. Esa cohesión ayuda a consolidar el dominio del mensaje político y, proporcion­almente opuesto a ello, las malas decisiones son las que terminan por desgastar a los dirigentes.

Mario Delgado, a quien apoyamos desde lo político en la conformaci­ón de la Asociación Nacional de Legislador­es de la 4T, haciéndolo su primer presidente nacional cuando era coordinado­r de los diputados de Morena, también en congruenci­a lo hicimos para movilizar a su favor para la dirigencia de Morena. Lo hicimos por amistad, convicción, y principalm­ente entendiend­o las necesidade­s políticas de la causa, pero por encima de todo de manera íntegra, hacer lo correcto. Ser disciplina­dos.

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico