El Sol de Tulancingo

Narco se disfrazó de agente de la SIEDO

El exlíder del Cártel Beltrán Leyva explicó que Genaro García Luna les daba credencial­es de policías

- RIVELINO RUEDA Y RAFAEL RAMÍREZ

CDMX. Sergio Villareal, conocido El Grande, testificó contra Genaro García Luna y narró que se disfrazó de agente de la Subprocura­duría de Investigac­ión Especializ­ada en Delincuenc­ia Organizada (SIEDO) de la entonces PGR durante la detención de Jesús Zambada García, El Rey, tras el rompimient­o de la alianza de su organizaci­ón con el Cártel de Sinaloa.

Durante el segundo día de testimonio­s contra el exsecretar­io de Seguridad Pública de Felipe Calderón, El Grande detalló como García Luna recibía sobornos y facilitaba informació­n a los criminales para facilitar arrestos, como el del Rey Zambada, o fugas, como la de La Barbie.

“(Nos ayudó con un contacto de Israel para dotar al Cártel de equipos de intervenci­ón de comunicaci­ones, espionaje y contrainte­ligencia… ¡Teníamos de todo!”, señaló el narcotrafi­cante.

El Grande narró cómo se rompió la alianza entre Joaquín El Chapo Guzmán y los hermanos Beltrán Leyva en 2008 y el papel que tomaron las instancias de seguridad pública federal. La Policía Federal (PF) y parte del Ejército se fueron con el Cártel de Sinaloa y la Agencia Federal de Investigac­ión (AFI) se decantó por los Beltrán Leyva.

Esta toma de partido provocó el enojo del capo de las drogas, Arturo Beltrán Leyva, que preguntó al exfunciona­rio “con quién estaba”.

“Él (García Luna) se declaró ‘neutral’ y dijo que seguiría trabajando para ambos bandos”, relató el narcotrafi­cante ayer en la Corte Federal del Distrito Este en Brooklyn, Nueva York.

Añadió que Arturo Beltrán Leyva reclamó que el exfunciona­rio parecía beneficiar más al grupo de El Chapo Guzmán y que los operativos contra su propia facción “aumentaban excesivame­nte”, por lo que intentó ponerse en contacto con Luis Cárdenas Palomino, exdirector de Seguridad Federal de la desapareci­da Policía Federal (PF) en el sexenio calderonis­ta.

Al no contestar sus llamadas –añadió el narcotrafi­cante y testigo de la fiscalía— fue cuando los Beltrán Leyva decidieron secuestrar a García Luna durante varias horas en el estado de Morelos “para demostrarl­e de lo que eran capaces”.

Tras la ruptura con sus aliados de Sinaloa, “los Beltrán filtraron al Ejército informació­n para detener a (Jesús) El Rey Zambada, pero luego se la vendieron a (Ismael) El Mayo Zambada (su hermano) y se frustró el intento”, testificó Villareal.

Según su propio testimonio, El Grande participó en el arresto de El Rey Zambada en 2008 junto con otros sicarios disfrazado­s de agentes de la SEIDO, quienes lo acorralaro­n y posteriorm­ente lo entregaron a la policía de la Ciudad de México.

Antes de entregar al Rey a las autoridade­s, El Grande y su grupo le tomaron fotografía­s para evitar que fuera intercambi­ado por otro detenido.

“En México todo puede pasar, la corrupción es muy grande, se cambian detenidos en los operativos”, testificó.

Añadió que él y otros integrante­s del cártel tenían credencial­es de la Policía Federal, de la AFI y de otras dependenci­as de seguridad que les proporcion­aba Genaro García Luna.

Antes de declararse un receso, Sergio Villarreal comentó que el exfunciona­rio también compartía informació­n con el Cártel de Sinaloa que le proporcion­aba la Administra­ción de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés).

Esta informació­n —dijo— la recibía el exfunciona­rio a través de Luis Cárdenas Palomino.

Explicó que ambos exfunciona­rios le avisaron a Edgar Valdez Villareal, La Barbie, que el lugar donde se realizaría su boda en Acapulco, Guerrero, sería cateado por fuerzas federales.

“Y pues con ese aviso no fue nadie a la boda. Ni La Barbie”, comentó el narco.

Luego del relato de El Grande, la defensa de García Luna, encabezada por el abogado César de Castro, inició el contrainte­rrogatorio del narcotrafi­cante, en el que intentaron evidenciar ante los 12 integrante­s del jurado, todos ciudadanos neoyorkino­s, que el exlugarten­iente de los Beltrán Leyva era un “criminal despiadado que cometía atrocidade­s para obtener beneficios legales”.

Después los fiscales del Departamen­to de Justicia, al mando de Brian Peace, llamaron a Tirso Martínez, El Futbolista, dueño de equipos de futbol y extrafican­te de drogas para los cárteles de Sinaloa y de Juárez, como segundo testigo contra García Luna.

Tirso Martínez también declaró en el juicio en contra de El Chapo Guzmán, en el que admitió que utilizó dinero del narcotráfi­co en todos los equipos de futbol con los que hizo negocios.

Sobre el juicio, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que su gobierno está llevando a cabo un litigio en una corte de Florida, Estados Unidos, para reclamar 700 millones de dólares y otros bienes del exsecretar­io de Seguridad Pública Genaro García Luna.

Durante su conferenci­a mañanera de ayer en Palacio Nacional, López Obrador mencionó que los abogados del funcionari­o del gobierno de Felipe Calderón argumentar­on que México no tenía derecho a llevar a cabo el juicio en Estados Unidos.

El presidente López Obrador desmintió esta afirmación. “Un juzgado en Florida nos dio la razón, son 700 millones de dólares y otros posibles activos”, señaló López Obrador.

Sin embargo, el mandatario federal aseguró que hasta el momento no ha habido “pruebas fehaciente­s” contra el exsecretar­io de Seguridad Pública, Genaro García Luna.

SERGIO VILLAREAL

NARCOTRAFI­CANTE

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CORTESÍA PRESIDENCI­A López Obrador anunció que su gobierno está llevando a cabo un litigio para reclamar 700 millones de dólares
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