Retorno de migrantes: dos caras de la moneda
“Hace siete años que regresé de Estados Unidos y ya no pienso irme, porque gracias a Dios pude emprender un negocio en mi comunidad de origen, además de que en el norte muchos nos ven a los migrantes sólo como mano de obra barata”.
Eso me comentó don Israel, quien amablemente me vendió una correa para mi perro. Don Israel es uno de los miles de migrantes que decidieron retornar a su país. Él, como otros migrantes, tiene su propio local en la Feria de León 2023 y, con su espíritu incansable de lucha, nos demuestra que el sueño americano también se puede conseguir aquí, en su tierra.
Esta semana, el Departamento de Seguridad Nacional de EU anunció que buscará ayudar a los migrantes indocumentados que sean víctimas de abusos laborales sin temor a represalias por parte de sus empleadores. El apoyo incluye ampararlos con la acción dividida, la cual protege a los migrantes de no ser deportados. Además, quienes califiquen, podrán obtener un permiso de trabajo, el cual los protegería de amenazas por parte de sus patrones. Se trata de una medida alentadora, sobre todo sabiendo que los migrantes no sólo son parte fundamental en la maquinaria económica de Estados Unidos, también son la mano de obra más ocupada en las actividades de mayor riesgo. (Según la Organización Internacional para las Migraciones, 164 millones de migrantes a nivel global aceptan los trabajos más sucios, peligrosos y difíciles, llamados 3D por sus siglas en inglés.)
Ahora bien, el retorno de los migrantes no siempre viene acompañado del éxito. De acuerdo con datos de la Unidad de Política Migratoria, hasta noviembre del 2022 se tuvo un total de 241 mil 662 personas devueltas de origen mexicano desde los EU (13 mil 787 de origen guanajuatense). Y si hablamos sobre muertes, desapariciones y detenciones de migrantes en la frontera, los datos son lapidarios. Según la Secretaría de Relaciones Exteriores, en los últimos tres años (2019-2021) han muerto mil 478 mexicanos en la frontera norte, y de los cuales 308 eran menores de edad.
La pregunta natural que surge ante la ida y vuelta de millones de migrantes es ¿cómo inhibir la migración indocumentada? La respuesta es generando oportunidades de desarrollo en nuestros respectivos estados