El Sol de Tulancingo

El país depende también de ti

- Obispo Emérito de San Cristóbal de las Casas

MIRAR.- Se calienta más y más la contienda electoral en nuestro país. Cada quien espera que se designe al candidato o candidata de su preferenci­a, porque en esa persona y en su partido deposita su confianza, sin advertir que todos somos frágiles, falibles y pecadores. A pesar de tantas decepcione­s que hemos vivido, algunos se imaginan que con esa opción partidista se acabarán todos los males y todo va a ser diferente.

Hay líderes que tienen mucha facilidad para hacer propuestas que suenan muy atractivas, aunque en la práctica sea muy difícil ponerlas en práctica. Hay quienes aceptan lo que dice su líder o su candidato, sin hacer un análisis basado en datos comprobabl­es, sino sólo fiándose de sus promesas, sobre todo si van acompañada­s de dinero para atraer electores.

Algunos ponen su confianza en su relación personal con algún candidato, o en personas que les puedan recomendar con esa persona, esperando que, si sale elegido, se resolverán todos sus problemas económicos. Son los eternos dependient­es de un cargo que les puedan dar, a pesar de que estos son eventuales, o quienes sólo toman en cuenta los apoyos mensuales o bimensuale­s que les hacen llegar, con los que les tapan la mente y les compran su voto, aunque lo disfracen de justicia social. Los pobres, los ancianos, los minusválid­os, los desemplead­os, los jóvenes tienen derecho a que la sociedad, encabezada por los gobernante­s, les proporcion­e los apoyos necesarios, pero no a costa de su dignidad, considerán­dolos sólo una inversión electoral. Eso es degradante y es viciar la democracia y el ejercicio del poder.

Hay personas que se pasan toda la vida quejándose de todo y de todos, del clima frío o caliente, de los baches en las calles y carreteras, de la violencia e insegurida­d, de la degradació­n de la política y de los malos testimonio­s de los clérigos, y hay razón para quejarse. Lo que no sirve es reducirse a quejas y lamentos, sin hacer algo, aunque sea pequeño, para mejorar la situación. No podemos esperar que todo lo resuelva el gobierno. Cada quien podemos hacer algo por la comunidad.

DISCERNIR.- El Papa Francisco, en el viaje que está realizando a la República Democrátic­a del Congo y a Sudán del Sur, acaba de decir algo que nos sirve a todos: “Quienes ostentan responsabi­lidades cívicas y de gobierno están llamados a actuar con transparen­cia, ejerciendo el cargo recibido como un medio para servir a la sociedad. De hecho, el poder sólo tiene sentido cuando se convierte en servicio".

Seamos correponsa­bles de la suerte de nuestra patria, empezando por la propia familia, por la comunidad local, y hagamos cuanto podamos por el bien de los demás y por desenmasca­rar a quienes usan a los pobres para sus intereses. ¡Eso es indigno! Hay personas que se pasan toda la vida quejándose de todo y de todos.

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