Adiós a escribir a mano
Ya casi nadie escribe a mano, en lugar, la gente utiliza sus pulgares para teclear en el celular mensajes telegráficos por “WhatsApp”, algunos pendientes, la agenda y hasta la lista del mandado. Las tabletas y ordenadores predominan y están siendo superados por “Siri” o a “Alexa” a quienes se les dicta, inutilizando por completo las manos.
Estamos atrofiando por completo las extremidades. Con los avances de la tecnología, el lápiz y el papel se han vuelto casi prescindibles, y la caligrafía y la ortografía, corren el riesgo de atrofiarse.
El dominante procesador de palabras “modelo 3.5” PENCILS (lápices) cuyo acrónimo es “Portable Erasable-Nib Cryptic Intercommunication Language Stylus”, (Estilo de lenguaje de intercomunicación críptico portátil con punta borrable) ha quedado en el olvido. Su historia se remonta al siglo XVI. Es un aparato ligero, económico y desechable, cuya función, es dibujar letras y palabras con movimiento de muñeca, que pueden ser borradas fácilmente. Se descubrió cuando una tormenta derrumbó a un Roble y encontraron un yacimiento con polvo negro que llamaron grafito, del griego grafein (escribir). Luego se le colocó un armazón de madera para sostener la mina de ese material.
Resulta que el precio de este tipo mercancía subió hasta un 50 por ciento. “Una fajilla de lápices que costaba 15 pesos, ahora está en 25”, se lee en las noticias. De acuerdo con Forbes, el cuaderno subió hasta 123 por ciento este regreso a clases, por lo que algunas tiendas, mejor optaron por no vender cuadernos y lapiceros como el que me gusta. La inflación, el costo de los fletes hace insostenible adquirir estos útiles.
¿Realmente dejaremos de escribir a mano en un futuro? No es oponerse al cambio, sino de recordar los beneficios que trae para seguirlo haciendo como: favorecer la lógica y asociación de pensamientos, mejorar la capacidad de concentración en el momento presente y la coordinación mano, vista y cerebro.