Solo el amor transforma
Este padre nos conoce, nos aprecia, nos valora, convive con nosotros y nos está enseñando cómo ser católicos modernos... ¿Qué significa ser católicos modernos? Nada del otro mundo, sino que leyeran la Biblia, que permitieran a las mujeres participar más en la liturgia, que la Misa se celebrara en su propio idioma, que aceptaran las pláticas presacramentales, etc. Ellos, que antes rechazaban estos cambios que ya ordenó el Concilio Vaticano II desde hace más de 50 años, ahora los aceptan gustosos, porque sienten que su párroco los quiere, los valora y los respeta. El amor abre las mentes y los corazones para cambiar lo que sea necesario.
Entre novios o esposos que se aman es fácil que uno acepte las propuestas del otro. Por ejemplo, si a ella no le gusta un deporte que a él le fascina, ella lo acompaña y hasta va disfrutando lo que antes le repugnaba. Cuando los esposos se aman, él deja los excesos de beber y de andar con sus compadres en parrandas, porque sabe que eso molesta a su esposa. Pero si no se aman, con más gusto hace lo que molesta a su esposa y a diario habrá pleitos y discusiones entre ambos. El amor, como dije antes, abre mentes y corazones para transformar la realidad.
En las contiendas políticas y electorales, lo que menos aparece es el amor fraterno. Predominan los insultos, las descalificaciones, tanto en sesiones mañaneras, como en discursos propagandísticos, en espectaculares y letreros de bardas, en debates, culpando de todos los males a regímenes de otros tiempos. Parece que lo que más importa es destruir a los que piensan en forma diferente y tienen otros datos. Aunque digamos que somos cristianos y que el amor inspira nuestro humanismo, con los hechos y las palabras demostramos todo lo contrario. Y aún así, ¿a qué se debe que tantos crean y apoyen a estas personas virulentas? Quizá por las dádivas que les regalan, no de su bolsillo sino de nuestros impuestos, o por conveniencia de poder subir a puestos más altos solo por aparentar ser del mismo partido.