Friedeberg y su obsesivo viaje al absurdo
De trayectoria respaldan su trabajo como uno de los actos definitivos de la electrónica gl Ha sido calificado como un disco incendiario y visceral, pero también emotivo y positivo
Ede la muestra surge de l artista mexicano Pedro Friedeberg presentó esta semana la exposición "Hipnerotomagia", un obsesivo viaje al absurdo a través de 28 pinturas y esculturas que emplean la historia, la ciencia y la aritmética para encontrar significados ocultos.
"El significado es el absurdo y el ridículo a través del contraste. No tiene explicación, es una locura inefable", dijo Friedeberg acerca del componente subrepticio de sus creaciones.
Por su parte, el curador de la muestra, Alejandro Sordo, añadió que el espectador nunca va a acabar de entender su obra, pues "cada vez que la aprecie encontrará algo nuevo".
Friedeberg (Florencia, 1937) llegó a México cuando tenía apenas dos años de edad, huyendo junto a sus padres, judíos alemanes, de los estragos de la Segunda Guerra Mundial.
primera novela de la corriente de la conciencia
Su país de adopción ha sido, dice, una fuente de inspiración para sus obras, que tienen un fuerte componente onírico, bizarro y erótico.
"México ha cambiado mucho, pero todavía hay mucho que no tiene explicación, mucho peso de lo ridículo", comenta.
Además destacó la belleza que el paseante puede captar cuando camina por lugares como la Ciudad de México, Acapulco, Cuernavaca o Veracruz.
"Hay como ocho mil elementos, sales a la calle y ves un perro sarnoso, un pordiosero y una señora millonaria", relata.
Entre sus obras de más reciente creación, todas marcadas por una acumulación de figuras disonantes que rozan el hipnotismo, destacan algunas como "Franz Liszt y su Mamut" o "Panóptico y Laberintos".
En ese juego caótico, aunque no arbitrario, el artista emplea el misticismo de los números para esconder sus significados ocultos detrás de una capa de humor e ironía.
A primera vista, el espectador puede observar las constantes referencias a la mitología (esfinges, pirámides), la historia (motivos prehispánicos) y la cultura pop (botellas de Coca-Cola, figuras de superhéroes, etcétera).
"Siempre he sido un enamorado del pasado. Es tan rico el pasado precolombino, el de los aztecas, los zapotecos, sus ornamentos y colores", añade. inspirado a sus obras, que tienen un fuerte componente onírico, bizarro y erótico
Sin embargo, es la literatura la disciplina cultural que tiene un peso más especial en su muestra.
El nombre de la misma, "Hipnerotomagia", surge del libro Hypnerotomachia Poliphili, escrito por el italiano Francesco Colonna en 1499 y considerada como la primera novela de la corriente de la conciencia, de la que Pedro toma referencias teóricas para elaborar sus coloridas composiciones.
Friedeberg, que abreva de los surrealistas mexicanos con los que convivió en su juventud y de las corrientes dadaístas, celebró la incipiente libertad de la que goza la creación artística.
Tanto así que, confesó su curador, el mexicano ya trabaja en proyectos de "criptoarte".
SEIS DÉCADAS DE ARTE
La carrera de Pedro Friedeberg comenzó a finales de los años cincuentas del siglo pasado, cuando tuvo su primera exposición individual en la Galería Diana de la Ciudad de México, animado por los artistas Remedios Varo y Mathias Goeritz.
Su obra tuvo buena recepción, y un año más tarde fue incluida en la Exposición Retrospectiva de la Pintura Mexicana, organizada por el Museo de la Ciudad Universitaria.
En 1961 fundó el grupo de Los Hartos, dirigido por Mathias Goertiz, en el cual también participaron José Luis Cuevas, Chucho Reyes, Ida Rodríguez Prampolini y Alice Rahon, quienes se manifestaron en contra de la pretensión de la grandeza del arte moderno en general, el individualismo y la firma del artista que se toma muy en serio.
En 1962 inicia su proceso de internacionalización y expone su obra en la Carstairs Gallery de Nueva York y en la Galerie Villa André Bloc de París; donde presenta por primera vez su obra más icónica: La Mano-Silla.
Friedeberg también forma parte de los artistas que rechazaron el status quo en el arte mexicano y se une a la exposición Confrontación ’66, formando así parte del llamado movimiento de la Ruptura.
En 1986 se lleva a cabo la primera revisión a su trabajo artístico con la exposición “Clepsidra y Babilómetro” en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México.
Ya en los noventas continúa su carrera internacional en Estados Unidos, especialmente en Nueva Orleans, Los Ángeles, en las principales ciudades de Texas y en Montreal, Canadá.
En 2002 realiza una Exposición Retrospectiva en el Museo de Historia Mexicana de Monterrey y en 2003, participa en Aparentemente sublime del IX Salón de Arte Bancomer, y en 2005 forma parte de la representación de México como invitado especial en la Feria ARCO de Madrid.
En años recientes, Friedeberg ha vuelto a saltar a la fama internacional. Su obra ha sido publicada en revistas especializadas de arte en varios países. Actualmente sigue trabajando en su estudio, ubicado en la colonia Roma de la Ciudad de México.
DC, lo cual me recuerda que Leftfield siempre se caracterizó por tener grandes voces invitadas. ¿Cómo fue la colaboración con él?
Asombroso, fue una experiencia totalmente increíble. Al principio teníamos dos demos, y se los enviamos a él para que eligiera uno, y cuando entró al estudio encontramos una fuerza inmediata entre los tres, una energía real que se creó en la habitación. Primero estuvo entrando y saliendo, me hacía comentarios sobre la letra y luego volvió a entrar para darle la forma final de una sola vez, ya luego agregamos la parte del poema al final, pero en general te diría que trabajar juntos fue una experiencia poderosa y además poética.
Has dicho que este disco es una respuesta positiva y enérgica a los problemas del mundo. ¿Qué es lo que más te preocupa como artista en este momento?
Bueno, obviamente los temas ambientales me preocupan mucho. Creo que todos deberíamos estar aterrorizados por la forma en que viviremos a partir de ahora, creo que necesitamos tomar de nuevo el control del planeta y revisar la forma en que usamos sus recursos… También me preocupa el auge de la política de derecha. Veo un mundo inseguro y veo gente joven que está luchando para abrirse camino en muchos aspectos. Me gusta la gente y aprecio mucho a los jóvenes, creo que les espera un mundo muy duro, creo que mi generación y las anteriores les hemos dejado un entorno bastante inseguro.
¿Qué nos puedes decir de “Machines Like Me”? ¿En qué está inspirado ese track?
Es difícil. A ver, es evidente que de alguna manera está inspirado en Kraftwerk, aunque debo decir que nunca me di cuenta de que estaba haciendo algo como un homenaje o algo inspirado en ellos, pero tiene ese sentimiento de ser una máquina y de apoderarse del mundo, porque eso es lo que hacen las máquinas, sí tengo el temor de que la gente pierda cierta humanidad con todo esto.
MUCHOS OBSTÁCULOS QUE VENCER
Los problemas de salud personal de Neil también influyeron en el proceso creativo. Diagnosticado con cáncer de intestino en 2021, se sometió a una cirugía y ahora está en remisión. Sin embargo, el prolongado proceso en torno a su diag
nóstico y tratamiento tuvo un efecto severo en su bienestar. La complejidad y los matices que rodean el viaje de recuperación de Neil impregnan la música del álbum en lo que es un claro proceso de catarsis, renovación y curación para él.
Neil, antes de terminar este disco te enfrentaste a graves problemas de salud ¿Cómo influyó esa situación en estos cortes?
Sí, soy un sobreviviente de cáncer de colon. Creo que todo eso me dio una sensación rara, como que me energizó de una manera extraña. Inicialmente me energizó y me hizo pensar en ciertos temas, como los vocalistas a los que iba a invitar o por qué quería hablar sobre temas de apego y de amor, de esa emoción tan poderosa y ese miedo que experimentas cuando hay algo que te amenaza, entonces aprecias todo de otra manera… También estuve muy deprimido, bueno, primero me mantuve firme para terminar el álbum y luego me derrumbé.
La energía creativa de Neil se vio amplificada por su trabajo en torno a la curación del trauma infantil, centrado en un caso de abuso que lo llevó a vivir episodios sostenidos de depresión a lo largo de su vida. Profundizar en este período doloroso, mientras estudiaba para convertirse en psicoterapeuta, lo ayudó a desentrañar el trauma y lo puso en el camino de la curación de heridas pasadas. De este trabajo profundo surgieron realizaciones sobre el amor, la aceptación y la conexión que han dado forma a la perspectiva de Neil e influyeron en la dirección del álbum.
También abordas algunas situaciones difíciles de tu infancia y de alguna manera utilizas a la música como un catalizador para hacerle frente a todo eso.
Sí, la música nos ayuda a superar las heridas del pasado y puede ayudarnos a ponernos en un lugar diferente, tan solo por el hecho de comunicarlo y de compartir nuestras experiencias con alguien
“SIMPLEMENTE DECIDÍ QUE SI NO HACÍA ESTO AHORA, PROBABLEMENTE MORIRÍA Y NUNCA SE HARÍA”
en quien podemos confiar, aunque déjame decirte que tengo una extraña relación con la música. Tampoco soy alguien que toque música para animarse. De hecho, cuando no estoy feliz, la música no es algo que quiera escuchar. No encuentro la música útil en ese sentido, más bien es un medio de expresión para mí.
Al hablar sobre su experiencia con otros estudiantes en su curso de psicoterapia, Neil liberó espacio en su mente, lo que le permitió ser más creativo. Eso le permitió tener un tiempo fértil en el estudio, y se puso a toda marcha cuando recibió su diagnóstico de cáncer, terminó un lote de demos y se los entregó a la compañía discográfica el día antes de su operación de colon.
“Simplemente decidí que si no hacía esto ahora, probablemente moriría y nunca lo haría”, agrega.
Estuviste de gira por varias ciudades del Reino Unido para presentar este álbum. ¿Hay posibilidad de que algún día toquen en México?
Sí, realmente estamos trabajando en ello. Siempre he querido tocar allá, porque sé que hay una escena de baile sólida y desafortunadamente nunca hemos estado ahí, así que espero que este año podamos ir y tocar tanto este disco como varios de los tracks antiguos. De hecho, debo decirte que me enoja un poco aún no haber ido a México porque la verdad es que he tocado en casi todo el mundo, pero por alguna razón en México aún no… Esperemos que se concrete, de verdad.
Así es como se concreta otro capítulo en la impecable trayectoria de este proyecto de música electrónica. No exageran quienes han señalado que This Is What We Do es un álbum lleno de corazón y alma, una colección honesta y auténtica de música electrónica que elude la categorización de género para evocar sentimientos sinceros a fuerza de breaks, ritmos impactantes, elementos vintage y un enfoque expansivo a la altura de los mejores trabajos del conjunto.
Esto es lo que hacen, y vaya que lo hacen bien.