México nos
reclama proteger y fortalecer a las instituciones del Estado, nos urge a una participación más activa, así como debemos defender nuestro voto en las urnas, es fundamental que seamos consecuentes, desde lo más elemental como mantener limpias nuestras calles, hasta evitar ser cómplices de la corrupción y la impunidad que se alimentan del silencio de los ciudadanos.
Fortalecer nuestra demo- cracia implica una exigencia ciudadana que tiene que estar a la altura de las expectativas que tenemos de ésta; formarnos e informarnos sobre los asuntos públicos, sacudir la apatía que nos paraliza y nos invisibiliza ante los tomadores de decisiones. Las cifras que diferentes estudios nos muestran sobre la calidad de la democracia mexicana deben ponernos en alerta, pero principalmente en acción para sostener lo que se ha construido y exigir su fortalecimiento.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Cultura Cívica 2020 (ENCUCI 2020) del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), 7 de cada 10 ciudadanos (69.2%) manifiesta que prefiere un gobierno donde todos participen en la toma de decisiones, pero simultáneamente revela que casi tres de cada 10 piensa que el gobierno considera sus opiniones para la toma de decisiones: Es deseable la participación, pero en la práctica no es real.
Por otra parte 66,8% de las personas entrevistadas dan una calificación reprobatoria a la confianza que tienen en los servidores públicos o de gobierno. No puede haber instituciones fuertes cuando la desconfianza en los funcionarios públicos es altísima; esto no es gratuito, pues en esta misma encuesta, se reitera que de la misma clase política surge la falta de respeto por las leyes; 61.3% de las personas entrevistadas afirma que los gobernantes mexicanos tienen poco o algo de respeto por las leyes.
Si a estos datos sumamos que, de acuerdo al Índice de Estado de Derecho en México 20-21-2022, del World Justice Project, hay un “deterioro en materia de Estado de Derecho en gran parte de las entidades del país … este deterioro […] se explica por tres tendencias: el debilitamiento de los contrapesos institucionales a los gobiernos estatales y una contracción del espacio cívico, el deterioro en los sistemas de justicia penal y la falta de avances en materia anticorrupción”; evidenciamos la ardua labor que tenemos por delante para fortalecer el Estado de Derecho que permita, paralelamente, fortalecer a nuestras instituciones democráticas.
Tenemos un largo trecho por recorrer para formarnos en la cultura de la legalidad y la participación activa de la ciudadanía. Hoy debemos seguir levantando la voz, y seguir dando pasos diferentes, nos toca a nosotros, de nosotros depende; por nosotros y por los mexicanos que vienen.
El trabajo que muchos ciudadanos realizan muestra de cómo SÍ SE PUEDE transformar cuando hay voluntad, coordinación y colaboración.