La agenda de género es de todas De acuerdo
con datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), las mujeres dedican 2.5 veces más tiempo en labores del hogar que los hombres, lo que complica que realicen otro tipo de actividades remuneradas, o bien, busquen cumplir sus sueños y metas.
Para cambiar esas realidades, cada 08 de marzo, desde hace 48 años, se conmemora el Día Internacional de la Mujer, con la intención de reconocer nuestra lucha histórica para lograr la igualdad, pero sobre todo, como un recordatorio constante de que a pesar de los avances que hemos tenido como sociedad, todavía nos falta un largo camino por recorrer.
Lamentablemente, tenemos cifras alarmantes a nivel nacional que no permiten hablar con mucho optimismo en vísperas de este día.
Según información recabada por el Inegi, 7 de cada 10 mujeres en todo el país, ha sufrido algún tipo de violencia.
Tan sólo en los últimos cinco años, la violencia que una mujer ha sufrido durante su vida, ha incrementado cuatro puntos porcentuales, y a pesar de esto, desde Palacio Nacional se toman determinaciones como recortar los recursos para operar refugios de mujeres víctimas de violencia. De ese tamaño es la indiferencia de este gobierno ante la situación de violencia que viven las mujeres en este país.
Y es que para esta administración resulta muy sencillo expresar a través del discurso un supuesto apoyo a las mujeres, pero nosotros tenemos otros datos, por ejemplo, el Sistema Integrado de Estadísticas sobre Violencia contra las Mujeres, a cargo del Inegi, reporta que en la Ciudad de México el 2022 registró la tasa más baja de participación de las mujeres en el mercado laboral. La más baja desde hace 16 años.
En la capital del país, desde el año 2008 existe una ley que tiene como finalidad erradicar la violencia contra las mujeres. No obstante, en sus casi 15 años de vigencia, ha sido necesario aumentar diversos tipos y modalidades de violencia, como la violencia vicaria, incorporada a la legislación durante 2022, pues cada día nos enfrentamos a nuevas formas en que se vulneran nuestros derechos y se atenta contra nuestra dignidad.
Un dato que tristemente es muy cierto