Abuelos no cobran por cuidar a nietos
La mayor parte de los adultos mayores dijeron que ayuda con gusto sin esperar algo a cambio Concentración rosa Focos de alarma en Palacio Nacional
La mayoría de personas adultas mayores que están al cuidado de sus nietos no ven factible que sus hijos o hijas les paguen por las labores que a diario realizan; refirieron que lo hacen como una ayuda, ven casi imposible que con los precios tan altos en los productos de canasta básica les puedan remunerar.
Cada uno brinda cobijo, alimentos y atenciones a los menores por horarios indefinidos, intermitentes o continuos, como Leonor Guzmán, quien a sus 64 años contó que cuida a su nieto de año y medio, de ocho a las dos de la tarde, de lunes a viernes; tiempo en que le da de comer, lo entretiene y le cambia los pañales.
“Les ayudo porque no tienen dónde dejarlo, prefiero que esté conmigo a que esté al cuidado de otras personas, me da gusto hacerlo, ahorita está chiquito, cuando entre a la escuela no podré estar tanto tiempo con él”, dijo.
En cuanto a si recibe algún apoyo económico por cuidarlo, refirió que de vez en cuando le dan un poco de dinero: “Cuando les alcanza me dan aunque sea algo, pero
A PESAR de que existe el programa Madres Trabajadoras, la mayoría de los abuelos atienden a sus nietos sin recibir alguna remuneración
de los adultos cuida a nietos sin obtener remuneración económica todo está bien caro…yo crié a cinco niños en total, con este serían seis; no busco que me paguen, mi mejor paga será ver a mi niño crecer bien”, señaló.
Aunque el vínculo entre abuelos y nietos es saludable para intercambiar experiencias, valores y conocimientos, autoridades estatales y federales han puesto especial atención en que los adultos mayores reciban respaldo y asistencia al tener una responsabilidad como lo es el cuidado de los niños. Sin embargo, a pesar de que existe ayuda, como el programa Madres Trabajadoras, en el que se dan mil 600 pesos bimestrales para el cuidado de niños menores de cuatro años; la mayoría de los abuelos se encargan de las atenciones a sus nietos sin obtener una recompensa.
Aunque el lunes 27 de febrero desde el púlpito de la mañanera se trató de minimizar la concentración rosa en defensa del INE y contra del Plan “B” en materia electoral propuesto por el presidente, lo cierto es que la concentración se replicó en más de 110 ciudades del país y de otros lugares del mundo como Estados Unidos, España y Francia.
Aunque no se tienen datos exactos, ese domingo nos concentramos más de un millón doscientas mil personas con la única finalidad de hacer patente nuestra oposición al Plan “B” presidencial.
La oposición a este proyecto del presidente no obedece a una postura facciosa o caprichosa, a lo que nos oponemos es a que vuelvan aquellos tiempos en los que desde la Secretaría de Gobernación se decidía quien era candidato y quién no, y, sobre todo, quién ganaba y quién perdía las elecciones. Aunque a muchos no nos tocó vivir de cerca la caída del sistema fraguada por Manuel Bartlett desde la Secretaría de Gobernación y que a la postre le diera el triunfo a Carlos Salinas de Gortari, hoy, irónicamente quienes dicen defender la democracia, quieren volver a aquellos tiempos de autoritarismo encubierto, si bien, hoy la intención es claramente manifiesta.
Aunque la marcha se trató de descalificar argumentando que los convocantes eran personas con objetivos perversos, cada vez fue más claro que fue la ciudadanía la que ya está harta del retroceso que estamos viviendo en todos los aspectos de la vida pública y que se están poniendo en riesgo nuestras libertades.
El mensaje estuvo claramente dirigido a las y los Ministros de la Corte, quienes en los próximos días habrán de estudiar, analizar y resolver los cientos de controversias constitucionales, acciones de inconstitucionalidad y amparos contra las reformas a la Ley General de Comunicación Social y la Ley General de Responsabilidades Administrativas, y, a partir de su entrada en vigor el pasado 3 de marzo, también tendrán que resolver los diversos juicios que ya se han empezado a presentar contra el Plan “B” del Presidente que incluyen reformas y adiciones y derogan diversas disposiciones de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, de la Ley General de Partidos Políticos, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación y por la que se expide la Ley General de los Medios de Impugnación en Materia Electoral.
Ante la certeza de que la Corte hará su trabajo en apego irrestricto a su mandato constitucional, López Obrador la ha emprendido contra la Ministra Presidenta Norma Piña quien ha dado claras muestras de independencia y autonomía, haciendo patente la división de Poderes que establece nuestro orden jurídico nacional.
Las próximas horas no serán fáciles para las y los Ministros de la Corte, muchos estarán expuestos a presiones quizá nunca antes pensadas. El Presidente sabe que solo le falta un voto para lograr el cometido para que no se declaren inconstitucionales las reformas publicadas y hará hasta lo inimaginable por conseguirlo.
El primer revés ya lo sufrió López Obrador a manos del Ministro Alberto Pérez Dayán quien otorgó una suspensión para que el Plan “B” no sea aplicado en los procesos electorales del Estado de México y en Coahuila.
En las mañaneras de los últimos días el Presidente se nota irascible, enojado, nervioso, ataca a todo y a todos. El que la Ministra Piña no se haya doblegado ante él, lo tiene más que furioso y, si a ello le agregamos los pronunciamientos en contra del Plan “B” que diversos congresistas norteamericanos y el propio embajador de Estados Unidos en México –su amigo- han subrayado como auténticos ataques a la democracia de México, el Presidente López Obrador los ve con suma preocupación.
Señales de alarma desde sus aposentos y en cada rincón de Palacio Nacional.
Vienen tiempos difíciles para todos.