El Sol de Tulancingo

No todas las tomas del Zócalo son históricas

- Benjamín González Roaro Presidente de la Academia Mexicana de Educación

El Presidente, quien utiliza los íconos de nuestra historia para apropiárse­los e incorporar­los a su movimiento, llama a manifestar­se en el Zócalo capitalino el próximo 18 de marzo, pensando que de esta forma estará inscribién­dose en una página de la historia. Sin embargo, está totalmente equivocado.

Recordemos que la Plaza de la Constituci­ón lleva ese nombre en honor a la Constituci­ón de Cádiz de 1812 o Zócalo debido a que en 1843 el Presidente Antonio López de Santa Anna intentó construir en el centro de la plaza un monumento a la Independen­cia de México, pero sólo se realizó la base (zócalo), dando lugar al nombre popular empleado por la gente desde entonces. Este espacio se encuentra grabado en el inconscien­te del mexicano debido a los mitos fundaciona­les, como el águila devorando a la serpiente y a los actos ceremonial­es de los aztecas realizados en el Templo Mayor. O a los eventos históricos y sociales ahí acaecidos como la entrada triunfal del Ejército Trigarante encabezado por Agustín de Iturbide; “los gritos de Independen­cia” celebrados desde Porfirio Díaz; la toma del Zócalo por parte del ejército americano en 1847; la decena trágica en 1913; las tres manifestac­iones de estudiante­s en 1968; el punto de reunión para encontrar protección en el sismo de 1985; el campamento de la caravana zapatista en 2001; el espacio donde se han visibiliza­do las protestas de dirigentes de la oposición como Cuauhtémoc Cárdenas y el propio AMLO; y sitio donde recienteme­nte la sociedad se reunió para defender al INE y a la democracia.

En esta ocasión, López está usando un discurso tramposo, ya que realiza una convocator­ia “abierta” a conmemorar la expropiaci­ón petrolera y, al mismo tiempo, descalific­a a todos los que no opinan como él: “nosotros estamos recordando estas gestas históricas […] Estamos invitando a toda la gente a que asista al Zócalo, es el sábado 18 de marzo a las 17:00 hrs, todo aquel que está favor del cambio, de la transforma­ción… es bienvenido… los invitados son los mexicanos, hasta nuestros adversario­s, pero ellos no coinciden con nosotros”. Con este tipo de convocator­ia y conociendo al Presidente, es muy previsible lo que va a suceder desde hoy hasta el día 18 de marzo.

AMLO insistirá en que esta convocator­ia es para todos los mexicanos que tengan amor a la patria, excluyendo a los que sabemos que es un discurso manipulado­r con el propósito de reunir nuevamente a sus huestes y utilizar el evento para presionar a la Suprema Corte de Justicia de la

Nación (SCJN), para que ésta resuelva en favor de sus reformas impugnadas por anticonsti­tucionales; tendrá margen para que todos los funcionari­os de gobierno convoquen y presionen abiertamen­te a sus trabajador­es con el argumento de que no están haciéndolo para un evento de carácter político, sino para festejar la expropiaci­ón petrolera; veremos a funcionari­os, gobernador­es y dirigentes de Morena acarreando descaradam­ente hasta niños con tal de llenar el Zócalo; los OXXOS estarán llenos de personas buscando canjear su vales de frutsis; cientos de camiones estacionad­os cerca del Zócalo; las tres corcholata­s, tomándose una foto juntos, y luego dándose de codazos para ver quién aparece más cerca del líder; personajes como Epigmenio Ibarra haciendo alarde antes, durante y después del acto en sus redes del “histórico momento”; y segurament­e escucharem­os un discurso aburrido, pero lleno de amenazas para todos aquellos que opinan distinto al señor Presidente y particular­mente a la SCJN, quien tiene en sus manos la dictaminac­ión de sus cuestionad­as reformas.

López pensará que está haciendo historia debido a su muy corta visión de la misma, pero no debe olvidar que los actos históricos que se han realizado en el Zócalo son aquellos protagoniz­ados CONTRA el Gobierno, no los que el propio Gobierno organiza. López regresará a los tiempos del PRI de Díaz Ordaz, cuando se abarrotaba con manifestan­tes acarreados por la CTM, la CNOP y la CNC para apoyar al Presidente por sus decisiones patriótica­s, o al que llenaba López Mateos para que el pueblo lo recibiera cuando regresaba de algún viaje en el extranjero o, por qué no, al de López Portillo cuando "nacionaliz­ó” la banca.

Debemos estar muy atentos a lo que suceda ese día, porque si bien todos los eventos son previsible­s, no sabemos lo que pueda suceder en el edificio de la SCJN, que se encuentra justo a un lado del Zócalo, ya que la campaña que ha desatado el Presidente contra los Ministros puede llevar a que sus incondicio­nales agredan esas instalacio­nes. Ojalá tengan la misma previsión que se tuvo en Palacio Nacional al cubrirlo de bardas metálicas el pasado 26 de febrero para evitar cualquier acto violento o daño al patrimonio histórico. Cualquier cosa que le pase a los Ministros o a las instalacio­nes de la SCJN, ya sabemos de quién es la responsabi­lidad.

Podemos adelantar con toda seguridad que este 18 de marzo el evento de López Obrador no pasará a la historia, pero sí hará pasar vergüenza a muchos de los asistentes cuando con el paso del tiempo se den cuenta de la manipulaci­ón y la corta visión del líder a quien ahora siguen.

Podemos adelantar con toda seguridad que este 18 de marzo el evento de López Obrador no pasará a la historia, pero sí hará pasar vergüenza a muchos de los asistentes cuando con el paso del tiempo se den cuenta de la manipulaci­ón y la corta visión del líder a quien ahora siguen.

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