La era de la falsedad Nunca en
la historia de la humanidad se había creado una vertiente de desarrollo tecnológico basada en engañar, en mostrar lo que no se es. Ejemplos de esto son el Auto-Tune (una herramienta para ajustar las voces), los filtros en las cámaras o los bots de internet, los cuales forman parte de esta ciencia de la impostura.
El Auto-Tune ha venido a matar a la música auténtica, ya no importa la vocación, talento o preparación artística, la herramienta pulirá a gusto de los mercadólogos, así como a los algoritmos, o lo que vaya a tener el mayor éxito. Es tan grave esta situación que, si tuviera que eliminar un invento en la historia de la humanidad, incluso entre una bomba atómica o el Auto-Tune, sería preferible desaparecer este segundo.
¿Existiría el reguetón sin Auto-Tune? Lo más probable es que no. La música es un alimento para el alma, ¿de qué nos estamos alimentando cuando se escuchan voces falsas o de letras diseñadas para el mercado y dirigidas por comerciantes, no por artistas? La industria debería establecer un estándar en el cual se le aclare al público el porcentaje de este software que está escuchando. Así como existen sellos de excesos de azúcar y sodio en la comida chatarra, la música también debería tener sellos cuando hay exceso de Auto-Tune.
Esto no es un hecho aislado, las redes se han plagado de filtros, de personas que se ponen máscaras digitales para presentarse a una sociedad de plataformas; un artilugio para ocultar algo importante, que pareciera vergonzoso e impresentable: nuestra cara en la vida real. Estas redes a las que se busca influenciar están también llenas de simulación; se estima que el 42 por ciento del tráfico de internet se debe a bots, de los cuales 27 por ciento son maliciosos, y qué decir de los políticos que compran seguidores en granjas de bots, que sólo buscan mostrar una popularidad inexistente.
Delicado momento vive la humanidad en su relación con la tecnología; por un lado las máquinas se hacen cada vez más autónomas, inteligentes e independientes y, por el otro, la sociedad se hipnotiza y se estupidiza frente a TikTok y otras plataformas, que alimentan la frivolidad, el consumismo, el hedonismo y el egoísmo, suprimiendo la conciencia crítica, la empatía y el sentido de comunidad. Creo que es momento de que la tecnología se reenfoque hacia la verdad y a lo que nos hace una mejor humanidad. Estamos construyendo una sociedad basada en la apariencia y lo inmediato, por lo que es muy pertinente lo que señaló el actor Will Smith: “gastamos dinero que no tenemos, en cosas que no necesitamos, para impresionar a gente a la que no le importamos”.
de que la tecnología se reenfoque hacia la verdad y a lo que nos hace una mejor humanidad. Estamos construyendo una sociedad basada en la apariencia, por lo que es muy pertinente lo que señaló el actor Will Smith: “gastamos dinero que no tenemos, en cosas que no necesitamos, para impresionar a gente a la que no le importamos”.
Es momento