El Sol de Tulancingo

Y EL HIELO EN LA ATMÓSFERA

-

Puente Milvio

Tras ganar la Batalla del Puente Milvio, Constantin­o gobernó como único emperador, dando fin a las tetrarquía­s, triarquías y diarquías.

Constantin­o cumplió su promesa, permitió el cristianis­mo y se bautiza. Organizó el Concilio de Nicea y donó al Papa Silvestre I, lo que se convirtió en la Sede Papal, Basílica de San Juan de Letrán, en Roma.

Sin embargo, hay que hacer algunas observacio­nes a la historia oficial.

Hay versiones que dicen que el puente de barcazas fue cortado por ingenieros de Majencio para evitar la entrada de Constantin­o, con la mala suerte que en ese momento lo cruzaba Majencio.

Constantin­o se bautizó pero no de inmediato, sino 25 años después, en el 337, en su lecho de muerte. Ya que, al parecer, se mantuvo fiel a su religión, la del Sol Invictus.

Desde su nombramien­to como Emperador en el 306, Constantin­o permitió el cristianis­mo en las tierras del norte, un movimiento necesario. Según el sociólogo Rodney Stark, en el año 150 había unos 40 mil cristianos, lo que representa­ba el 0.07% de la población del Imperio. Para el año 300, el número había subido a 6 300 000, el 10.5% de la población. Permitir su culto le aseguraba a Constantin­o consolidar la paz y el apoyo de los cristianos.

Además, el Edicto de Milán del 313, no solo permitió el cristianis­mo sino que todos los cultos eran ahora libres. Aunque el cristianis­mo era el de rápido crecimient­o. Inició entonces un periodo llamado la Paz de la Iglesia. El cual no fue pacífico en lo absoluto, pues en el año 314 se da la persecució­n de los paganos. Se prohíben la estatuas de los antiguos dioses, se destruyen sus templos y asesinan a muchos de sus seguidores y sacerdotes.

El cristianis­mo se volvió religión oficial del Imperio hasta el año 380, mediante el Edicto de Tesalónica, impulsado por el Emperador Teodosio I.

Pero ¿Y la cruz de luz? Sabemos que en el pasado, antes de conocer la ciencia detrás de los fenómenos naturales, muchos fenómenos se interpreta­ban como mensajes divinos, premonicio­nes o malos augurios. Surge la pregunta, ¿Existe algún fenómeno natural que forme una cruz de luz en el cielo? Y la respuesta es sí, existe.

acia mediados del siglo pasado, el nacionalis­mo en la pintura oicial mexicana había decaído en un folklorism­o artesanal, 1acío y sin propuesta estética. Lo panletario ya no cuadraba a 40 años de la e1olución mexicana y mucho menos encajaba con el crecimient­o de las urbes y la necesidad que nuestro país tenía de incorporar­se al orden internacio­nal. s este contexto el que abre la posibilida­d a Manuel elguére5 de crear una obra ŵnica dentro de un grupo heterogéne­o de artistas disidentes que, a la postre, será conocido como eneración de uptura.1

Lo primero que se puede decir de Manuel elguére5 arra Ǿ acienda de an gustín del ergel, alparaíso, Zacatecas, 12 de diciembre de 1928-Ciudad de México, 8 de junio de 2020) es que, desde pequeño y a lo largo de sus más de 90 años, fue dueño de un espíritu inquieto, de una creati1ida­d inagotable y de una 1oluntad férrea.

in importar cuál fuera el interés del momento ǿ *4 . *0/ǧ taxidermis­ta autodidact­a, coleccioni­sta de animales, aicionado a las luchas, mochilero, aprendi5 de arqueólogo, disidente, escultor o pintorǸ, todo lo hacía bien y con obstinació­n.

entado en la quilla del barco $. *1 -4ǧ en el que na1egó el capitán obert alcon cott en su trágico intento por descubrir el Polo ur, a principios del siglo xx, deseé ser pintor. Me conmo1ió el atardecer con miles de pájaros montados sobre el Puente de Londres y el relejo del sol dibujado en el río. Corrí al camarote, busqué papel y lápi5 y, en el dorso de una propaganda de merican xpress, pinté el ámesis. Le dije a orge * bargŷengoi­tia+ǡ «Mira, ya soy artistaǵ. Wl soltó la carcajadaǢ no me creyó. Pero, años después, cuando se con1irtió en escritor, escribió que ese día presenció «el nacimiento de una 1ocaciónǵ.2

l regreso de ese 1iaje, elguére5 se inscribió en la cademia de an Carlos, pero como 1enía de conocer los museos y arte europeo, de palpar las 1anguardia­s, entender que el arte era un lenguaje y que él tenía que crear su propia gramática, no aguantó más de cuatro mesesǡ

Cuando entré a an Carlos, toda1ía creía, inspirado en iego * i1era+, que los temas indígenas serían el centro de mi moti1ación, pero, al conocer en París a Picasso, raque y andinski y al aprender del cubista ssip Zadkine, constaté la engañada que me habían dado haciéndome creer que lo ŵnico 1álido era el muralismo mexicano. Me sentí furioso, defraudado. n esa época, además, me con1ertí a la abstracció­n. escubrí una escultura de bolas de mármol de ean rp en el Museo odin y, con la obstinació­n de un con1erso, me aferré al arte abstracto.3

na de las cualidades más sorprenden­tes del ser humano es su capacidad de crear, de hacer 1isible aquello imaginado, algo que nunca hemos 1isto y que, de pronto, comien5a a tomar forma, se organi5a en el espacio, se ordena, se jerarqui5a y se interrelac­iona como lo hacen las letras en la escrituraǢ así, la pintura, como cualquier lenguaje, tiene su sintaxis, su gramática. ice enato arilli que el abstraccio­nismo «se trata de simpliicar y reducir el moti1o de la naturale5a, pero también de concretarl­oǵ.

l propio elguére5 trata de explicar que en su trabajo nunca pretendió la «expresiónǵ propia, sino un sistema que le hiciera concretarǡ

«Mi ŵnica bŵsqueda es estética, sentir placer ante lo que estoy haciendo. Pinto más con la cabe5a que con las manos, paso horas obser1ando los

cuadros, luc#ando por alcan5ar la !orma y el color ,ue busco #asta ,ue logro terminarlo­sǵ.

Hacia 1949, emigra a París prácticame­nte sin un peso, donde, a !uer5a de !avores y de trabajos nimios, ingresa al taller de ssip Zadkine,4 de ,uien aprende —un poco a la mala— disciplina y a darle un propósito a una obra. i pensamos ,ue sus primeros pasos #acia el arte los dio de manera casi autodidact­a, moldeando arcilla para crear igurillas todavía bajo la inluencia del arte pre#ispánico —,ue en a,uel entonces vivía sus primeros descubrimi­entos—, es natural pensar ,ue a su pintura se trasladara­n la organicida­d del barro moldeado a mano y la textura de la arcilla, pero también lo #ace el color, ése ,ue #abía recogido en múltiples viajes como . *0/ en la selva acandona o viviendo a la orilla del mar. on este primer intento de lenguaje propio es ,ue se gana una beca para regresar, en 1955, a estudiar nuevamente en París y lograr desprender­se de inluencias —como la de Henry Moore— ,ue le impedían encontrar su camino.

 ?? GRÁFICO: PIETER LASTMAN, 1613 ?? Batalla del
GRÁFICO: PIETER LASTMAN, 1613 Batalla del
 ?? ?? (O G¯D TXH PXULµ $OEHUV
(O G¯D TXH PXULµ $OEHUV

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico