Leyendas, ceremonias y ritos en Huapalcalco
Esta zona arqueológica fue en su momento uno de los principales centros ceremoniales para los Toltecas
Huapalcalco, la zona arqueológica de Tulancingo que hoy en día es un atractivo para visitar en familia los fines de semana y hacer actividades al aire libre, como senderismo o rapel, en el pasado fungió como un centro ceremonial y el epicentro de vías comerciales del México prehispánico.
De acuerdo con documentación de la arqueóloga Florencia Müller, en sus trabajos sobre la zona, Huapalcalco podría ser mucho más antiguo que Teotihuacán y además, fue uno de los principales centros ceremoniales para los Toltecas.
Sin embargo, varios autores señalan que Tulancingo per se fue fundado por el imperio tolteca en el 645 D.C no obstante, esta cultura mesoamericana tan importante en el estado y el país, se asentó después en Tula que se convirtió en su capital, de ahí la similitud con los nombres de ambos municipios: tolteca viene del náhuatl “morador del lugar de los tules”.
La arqueóloga y antropóloga mexicana, Florencia Müller, señala que Tulancingo habría fungido como un fuerte centro comercial y de comunicaciones en la época cumbre de los teotihuacanos pues Huapalcalco fue el origen de cuatro vías comerciales y sociales que se conectaban con otros sitios a lo largo del país durante la prehistoria mesoamericana.
Duchas ruta eran: Tulancingo-ApanTeotihuacán-Valle de México; Tulancingo-Huachinango-Tajín, finalizando en Tabasco y Campeche; Tulancingo-Metztitlán-Pánuco, en Tampico o la Huasteca y finalmente la ruta Tulancingo-PachucaTepeji del Río-Tula.
Esto y más información fue recopilada en los trabajos de la arqueóloga: The Preclassic Ceramic Secuence of Huapalcalco, Tres objetos de piedra de Huapalcalco, Hgo.; Exploraciones arqueológicas en Huapalcalco; Costumbres funerarias del Valle de Tulancingo; Nuevos datos para la prehistoria de Hidalgo; La pirámide VI de Huapalcalco, Hgo. y su intervención para el Congreso de Americanistas XXXIIIII.
“Pero esto no es todo, pues hay ciertos elementos decorativos, como el uso de entrelaces que se encuentran en los dos sitios, que nos señalan el fuerte contacto que Huapalcalco y Teotihuacán tuvieron con las culturas de Veracruz, especialmente con la región de El Tajín (...) indica que estas relaciones persistieron a través del Clásico Superior y el Postclásico, pudiéndose considerar que el horizonte Clásico de Huapalcalco duró desde el siglo II al VIII”, precisa la mexicana en su trabajo de investigación.
La decadencia de esta zona arqueológica fue cuando Tollan sucumbió ante la guerra que sostuvieron contra los Otomíes, imperio que desde entonces ocupó los territorios que habían dominado los toltecas hasta el siglo XII, junto con el Valle del Mezquital.
Los otomíes prácticamente son quienes más han durado en el dominio de Huapalcalco pues hasta el día de hoy, se mantienen como la sociedad indígena de mayor presencia en la región.
Dicha influencia es palpable en la región, ejemplo de ello son las costumbres tan arraigadas en el municipio de Acaxochitlán y en la comunidad indígena Santa Ana Hueytlalpan, perteneciente a Tulancingo y ubicada a 20 minutos, aproximadamente, de la zona arqueológica de Huapalcalco.
Dentro del aura enigmática y mística que envuelve estos vestigios, existe una leyenda que trata sobre el castigo de los dioses sobre Huapalcalco por no haber defendido la ciudad durante la conquista.
Según información de la página de Tulancingo, la entonces llamada “Coapalcallico” fue castigada por los dioses luego de que los moradores no pudieron defenderla y por tal motivo, fue conquistada por civilizaciones que construyeron sus edificios sobre los vestigios mesoamericanos.
“Los dioses enojados por tal situación, enterraron la ciudad completamente, ciudad que era muy extensa, ya que abarcaba un área de casi 10 kilómetros cuadrados aproximadamente, que comprendería lo que hoy es Huapalcalco hasta el Abra, Santiago y Acatlán”, se lee en el la leyenda compartida.
Sin embargo, existe una manera de revertir la maldición y entonces hacer resurgir desde la tierra y raíces a la Ciudad Enterrada de Huapalcalco: haciendo uso de los portales energéticos que se abren cada 24 de junio, día de San Juan Bautista, quien es patrono de la Ciudad de los Satélites, se tiene que subir al puente que aparecerá entre los cerros del sitio arqueológico, en punto de la media noche.
“Solamente en ese instante podría un hombre, mujer, niño o niña con una alma purísima y valiente, cruzarlo y jalar de una cadena de oro que se aparecería en el otro lado del citado puente. Solamente después de jalar dicha cadena, en ese instante surgirá la Ciudad que está sumergida por la maldición de los Dioses”, indica la leyenda.