Las FARC se hizo responsable de los asesinatos de un excandidato a la Presidencia y un periodista en los 90
BOGOTÁ. La exguerrilla FARC reconoció públicamente que perpetró varios de los crímenes que han estremecido a Colombia, entre ellos el magnicidio del excandidato presidencial y periodista Álvaro Gómez, ocurrido en Bogotá en 1995.
En un comunicado, la justicia de paz, que investiga los peores delitos cometidos durante el conflicto colombiano informó que recibió una carta de los antiguos rebeldes en la que ofrecen "aportar verdad, esclarecer los hechos ocurridos y asumir tempranamente la responsabilidad" en seis sonados casos.
Entre ellos el homicidio de Gómez y los asesinatos del general retirado del ejército Fernando Landázabal en 1998; del exconsejero de paz Jesús Antonio Bejarano en 1999 y del diputado anticomunista Pablo Emilio Guarín en 1987.
También admitieron su responsabilidad en los crímenes de José Fedor Rey (2002) y Hernando Pizarro (1995), quienes comandaron una disidencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Ambos estuvieron implicados en la masacre de Tacueyó, en la que murieron decenas de guerrilleros que fueron torturados antes para que confesaran su supuesta traición a la lucha rebelde. A raíz de ello, Fedor Rey, también conocido como Javier Delgado, fue apodado como el "Monstruo de los Andes".
La que fuera la guerrilla más poderosa de América firmó la paz en 2016, dejó las armas y aceptó someterse a la Jurisdicción Especial para la Paz, a cambio de ejercer la política como partido y confesar sus crímenes y reparar a las víctimas.
Los máximos responsables que cumplan con esos compromisos recibirán penas alternativas a la prisión. Si incumplen se exponen a penas de hasta 20 años de cárcel.
El anuncio de la exguerrilla sobre el magnicidio de Gómez causó sorpresa en un país que por muchos años creyó detrás del ataque contra uno de los principales dirigentes conservadores del siglo XX, estuvieron políticos rivales aliados con militares y narcotraficantes.
En una declaración pública, la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, como pasó a llamarse las FARC, pidió perdón por lo que consideró un "error".