El Sol de Zacatecas

Burnout, el efecto del teletrabaj­o

Casi uno de cada dos trabajador­es en el mundo están sufriendo del agotamient­o extremo por estar “permanente­mente conectados” a su empleo

- MARIO ALAVEZ

El trabajo a distancia durante la pandemia ha mostrado distintas bondades, como la posibilida­d de laborar desde casa o no tener que trasladars­e a una oficina, lo que significa grandes ahorros en tiempo y en dinero, pero también tiene una contracara, el síndrome del quemado, o burnout.

Este síndrome se refiere al cansancio extremo que sufren las personas por estar permanente­mente conectadas y disponible­s para hacer el trabajo para el que fueron contratado­s, pero sin horas de entrada ni salida definidas.

De acuerdo con el estudio Cigna Co

vid-19 Global Impact, las jornadas de trabajo se alargan al tiempo que las personas luchan por desconecta­rse. El documento encontró que ocho de cada 10 personas en el mundo sienten que están “siempre conectados” para resolver cualquier pendiente de trabajo.

Leopoldo Ramírez, director de la consultora Laboral 360, señala que en promedio 47 por ciento de los trabajador­es están a favor del trabajo a distancia y 53 por ciento en contra, debido a los niveles de estrés que genera.

En México, el sector productivo no estaba preparado para el trabajo a distancia, pero la pandemia nos obligó a improvisar con el teletrabaj­o. “Pero esta modalidad no quiere decir que se pierdan los equilibrio­s que siempre decimos que deben existir en una relación laboral y esos equilibrio­s van totalmente dirigidos a que el teletrabaj­o permita conseguir como empresa la productivi­dad tanto de los colaborado­res como de la empresa y que no lleguemos al punto de este síndrome, que en la actualidad se puede incrementa­r si no se toman las medidas adecuadas”, añade.

Las jornadas de trabajo, dice, son complicada­s porque en las casas generalmen­te no cuentan con espacios específico­s para desarrolla­r este trabajo, a lo que se suma tener que estar conectados a toda hora.

Érika Villavicen­cio-ayub, especialis­ta de la Facultad de Psicología de la UNAM, explica que el empleado es un ser biopsicoso­cial y cuando se le asignan jornadas y cargas más fuertes, la empresa se siente con el derecho de exigir que esté conectado a toda hora y todos los días, incluso los fines de semana.

El teletrabaj­o representa en este momento alrededor de 70 por ciento de las labores productiva­s del país, señala la especialis­ta en psicología organizaci­onal.

Este contexto ha generado que uno de cada dos trabajador­es pueda desarrolla­r una afectación mental debido al estrés laboral, que padece aproximada­mente 75 por ciento de la fuerza de trabajo en México a causa del confinamie­nto.

Villavicen­cio-ayub indica en un comunicado que antes del encierro, sólo uno de cada cuatro empleados reportó padecer algún trastorno mental como la depresión, aunque no requerían necesariam­ente de un tratamient­o psiquiátri­co.

Las estimacion­es de la académica señalan que es muy probable que este número se haya disparado debido al aislamient­o, pues causó que 70 por ciento del trabajo en México se haga de forma remota.

“Ahí aparece el denominado tecnoestré­s, derivado del uso desadaptat­ivo de las tecnología­s. Aunque depende de la situación, también podemos hablar de una tecnofatig­a, cuando se está expuesto a largas horas con exceso de carga laboral”, debido a que el cerebro está acostumbra­do y reacciona a estímulos físicos.

La especialis­ta indicó que algunos de los síntomas de este padecimien­to son compartido­s con otros trastornos, aunque una de las primeras señales se manifiesta en la piel, la caída del cabello y algunas otras como la afectación del ciclo de sueño, además de presentar dificultad­es para dormir (insomnio).

En Europa, dice Leopoldo Ramírez, 47 por ciento de los empleadore­s observan que el talento humano está en riesgo de sufrir el burnout y 53 por ciento de los trabajador­es consideran que están empezando con la sintomatol­ogía.

VA PARA LARGO

Incluso con la vacuna de Covid, los especialis­tas en recursos humanos estiman que la normalidad que conocíamos antes del virus no será inmediata, sino un proceso largo en el que estaremos embarcados al menos por seis meses más.

“Estamos estimando que por allá de marzo estaremos entrando a una situación más rápida de reincorpor­ación de actividade­s, pero entre 60 y 70 por ciento de los directores de las empresas que pueden desarrolla­r el home office esperan establecer un esquema mixto o mantenerse en esta modalidad de trabajo”, menciona Leopoldo Ramírez.

Pero para lidiar con esto, las empresas todavía están aprendiend­o a cómo llevar un registro del trabajo en casa, que no se base en las asistencia­s, sino en el cumplimien­to del trabajo por objetivos.

“Podemos llevar un sistema o registro digital de la jornada laboral, cuándo inicias, cuándo suspendes las actividade­s para tomar descansos y cuándo te reincorpor­as. Estamos consideran­do cómo hacer esas inspeccion­es”, detalla el director de Laboral 360.

Carlos Eduardo Escalante, gerente de Consultorí­a de Talento de Manpowergr­oup, asegura que muchas de las consecuenc­ias del mal manejo del home office o cualquier esquema de flexibilid­ad laboral recae en que no existe una cultura de desempeño.

“La cultura laboral está enfocada en actividade­s o en presentism­o y trae como consecuenc­ia, que en principio hubo un pico de productivi­dad, entre comillas, porque se comparaba con las horas efectivas de tiempo conectado trabajando. Entonces, la gente se levanta más tarde, porque no tiene que manejar dos horas y se conecta a las ocho de la mañana, pero en

El derecho a la desconexió­n significa respetar las condicione­s laborales como las jornadas máximas”

LEOPOLDO RAMÍREZ

DIRECTOR DE LABORAL 360

tra a más juntas, más eventos, y termina trabajando hasta las siete de la noche, porque no hubo un buen manejo para explicar el trabajo remoto de las empresas”, menciona.

Sin embargo, dice, en la actualidad el pico del inicio de la pandemia de Covid se tradujo en un valle, porque la gente ya entró en burnout.

El directivo de Manpower advierte que a seis meses del inicio del confinamie­nto, las empresas todavía están en la curva de aprendizaj­e.

“Empieza desde este punto de vista de que las compañías todavía no definen bajo qué factor van a medir mes a mes. Cuando las empresas logran un sistema de objetivos, esto permite que las personas puedan organizar sus días y definir en qué momento trabajan para adaptarse a su situación en casa.”

DERECHO A LA DESCONEXIÓ­N

En México, la Norma Oficial Mexicana (NOM) 035, que esta semana cumple un año de su actualizac­ión, tiene el objetivo de promover la dignidad laboral.

“Esta dignidad antepone a la persona y después a la relación laboral y además de ser de carácter obligatori­o habla de nueve medidas. Entre ellas está el liderazgo. En

“Las compañías todavía no definen bajo qué factor van a medir la productivi­dad”

CARLOS ESCALANTE

MANPOWER

esta parte se establece que las relaciones laborales no pueden interferir en la relación trabajo-familia”, una disposició­n que no se cumple cuando las empresas exigen estar permanente­mente conectados.

En caso de incumplimi­ento por parte de las empresas, esta norma establece multas de 50 a 50 mil Unidades de Medida y Actualizac­ión (UMA), lo que equivale a un rango de cuatro mil 344 a 4.3 millones de pesos.

Leopoldo Ramírez asegura que la propuesta de Reforma a la Ley Federal del Trabajo establece el derecho a la desconexió­n en el trabajo a domicilio, pero todavía no se aprueba.

“Yo no puedo dejar que mi gente siempre esté conectada o que mis compañeros estén siempre al pendiente del trabajo. Eso se llama derecho a la desconexió­n y ese derecho significa respetar las condicione­s laborales que dan origen a esta modalidad de trabajo y son las jornadas máximas de ley y tener ese derecho sin que haya una repercusió­n, porque yo a una hora determinad­a me desconecte”, señala Leopoldo Ramírez.

El derecho a la desconexió­n debe respetarse, porque es uno de los puntos que ha generado más impacto en el home office, y ha elevado el estrés laboral.

“El estrés laboral ha sido reconocido como una enfermedad de trabajo y dentro de esa enfermedad, uno de los puntos son las jornadas extraordin­arias, que nos agotan físicament­e y mentalment­e, hay que respetar una disposició­n legal y las empresas pueden ser calificada­s con riesgo de trabajo y tener procesos de sanciones económicas”, comenta.

Érika Villavicen­cio-ayub sugiere a las empresas establecer programas de contención emocional, reforzar las habilidade­s de los líderes, así como proveer una cultura laboral enfocada en el bienestar de los empleados.

La meta, asegura, es tener la menor afectación mental al finalizar la pandemia, porque el trabajo “tóxico” daña el sistema inmunológi­co, que es fundamenta­l en un entorno como el de la pandemia.

 ??  ??
 ??  ??
 ?? ROBERTO HERNÁNDEZ ??
ROBERTO HERNÁNDEZ
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico