Tenochtitlán: el secuestro de la historia
A los muertos de hambre, el sistema les niega hasta el alimento de su memoria. Para que no tengan futuro, les roba el pasado.
2 Calli, 2 Casa: año de la fundación de México-tenochtitlan según el calendario mexica. El motivo que dio lugar a esta celebración: la consagración de un mito fundacional al cumplirse la profecía del dios Huitzilopóchtli (dios colibrí o dios del sur), relativa a que el pueblo mexica debería migrar hasta asentarse en el lugar donde encontrara la señal: un águila posada sobre un nopal (tunal) devorando una serpiente.
Hla historia mexica, con base en la lucha ideológica que sostenían dentro de la cosmovisión mexica la luna y el sol, ha precisado astronómicamente la fundación de México-tenochtitlan. Para él estuvo ligada al eclipse total de sol que tuvo lugar, según cálculos del arqueoastrónomo Jesús Galindo (quien en 1321 no encontró fenómeno astronómico relevante alguno), el 13 de abril de 1325 entre las 10:50 y las 10:54 horas.
La pregunta sería: ¿es correcto declarar, sin fundamento histórico, como año fundacional de México-tenchtitlan al 1321? No lo es. Y no porque la historia siempre sea precisa: muchas veces no lo puede ser. No lo es porque la ciencia histórica —como la jurídica y como la investigación científica en general— requiere de pruebas para alcanzar la mayor objetividad y así contrarrestar al máximo la subjetividad interpretativa, y es muy grave cuando se distorsionan los hechos históricos para servirse de ellos y se pone a la historia a los pies del poder. El que una persona, un grupo o un régimen de gobierno decidan despreciar toda evidencia y hacer añicos el rigor académico en aras de imponer "su" presunta verdad, no sólo impide a un pueblo acceder a la búsqueda de "la" verdad histórica: al irrumpir arbitrariamente en el pasado de la Nación, impide a la sociedad comprender con justeza lo que ha sido como ser colectivo y le castra para ser mejor, al conducirlo hacia la senda oprobiosa e infamante de la antihistoria, la historia a modo, la que se inventa y falsea, la que hace de la mentira oficial la más deleznable institución, al ser su misión el secuestro de la verdad.
Imponer una presunta verdad impide a la sociedad comprender lo que ha sido como ser colectivo.