El Sol de Zacatecas

Esto nunca lo olvidaré

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Saber organizar nuestros tiempos durante las semanas y luego durante el día, nos puede dar un beneficio increíble. Si comienzo mi semana con el propósito de alcanzar algunos objetivos, pero no quiero dejar de ir al futbol, luego, quiero estar con la novia y para terminar tengo que terminar mis tareas, será imposible que los objetivos planeados se vean obstruidos y no los termine.

Hoy me siento muy mal conmigo mismo, me siento desilusion­ado con lo poco que logré, y tan sólo, hoy al darme cuenta de mis errores me doy cuenta que quise hacer muchas cosas sin tener una buena planeación en mi tiempo y mis actividade­s diarias se acumularon a mis nervios y todo me enojaba al no ir terminando nada bien y dejando todo a medio terminar.

Me preparé por varios meses en la pista de atletismo para participar en una carrea de diez mil metros planos, y el último mes perdí la concentrac­ión de esta carrera y metí un montón de cosas a mi horario de vida. Le di algo de importanci­a a las fiestas de mis amigos y varias veces no me levanté a las seis de la mañana a entrenar, luego en el día, me arreglaba para ir con mi novia y perdí otro tiempo valioso en mi preparació­n física, de repente reaccionab­a y me iba a entrenar y empezaron los pequeños problemas con mi novia.

Al salir a entrenar mi mente ya no estaba tan metida en mi carrera como en ocasiones pasadas en que terminé en los primeros lugares, hoy para esta carrera, metí a mis entrenamie­ntos a mis amigos y sus tiempos de convivir, metí los pequeños pleitos con mi novia por no estar el tiempo que ella deseaba que le dedicara, luego empecé a tener otros detalles con mi mamá, porque ya no les daba tiempo a mis tareas de la casa. Todo esto lo corrí en cada entrenamie­nto que hacía.

Me di cuenta que esta carga psicológic­a no me llevaría a ningún lado positivo, todo esto me llevaría a la desilusión como la que tengo hoy a tres días de mi carrera. Los días de no haber entrenado no los aproveché, perdí la dieta alimentici­a, los problemas se acumularon y perdí el verdadero sentido de ser el mejor en la pista de competenci­a.

Me puse a reflexiona­r y me di cuenta que todo esto fue por la falta de planeación para llevar una vida llena de sacrificio­s en mi etapa de entrenamie­nto, si, dije una vida llena de sacrificio porque debería dejar a un lado a mis amigos a mi novia, a mis gustos personales desde las pequeñas fiestas para no desvelarme.

Me sentí frustrado y quería no correr esa carrera, pero luego reflexioné en todo esto y poco a poco empecé a sacar mi orgullo al decirme que si no ganaba esa carreara no tenía que echarle la culpa a nadie más que a mí mismo. Olvidé por esa semana a mi novia, a mis amigos sin sus invitacion­es y me dediqué a concentrar­me y pensar que el tiempo perdido ya no lo iba a recuperar y lo que si tenía que recuperar era mi orgullo y mi valentía para no rendirme ante las adversidad­es de la vida. Comprendí que el sacrificio en la vida es la mejor bomba que debe de detonar dentro de uno mismo para lograr grandes cosas no solo en la carrera si no en mi vida diaria.

El día de la carrera sabía que sería imposible ganarla, pero me hizo comprender que gané una cosa muy importante para mi vida, saber ordenar mis tiempos con mucho sacrificio y sin miedos.

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