El Sol de Zacatecas

México en la disyuntiva de una Nueva Reforma Electoral

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La Democracia en México ha evoluciona­do desde hace 3 décadas. Durante casi todo el siglo XX, en los tiempos de la dictadura perfecta, desde mucho antes de la elección ya se sabía quién o qué partido iba a tomar el puesto en disputa y las elecciones eran solo un trámite.

Sin embargo, por el trabajo de las fuerzas políticas opositoras y el impulso desde la sociedad, se fueron adecuando las leyes electorale­s para que este control no estuviera en el Gobierno y ya no hubiera una manipulaci­ón de los comicios.

El origen de la democracia es que el poder surge del pueblo y que los gobiernos deben responderl­e. En México, con un árbitro neutral, los ciudadanos premian o castigan con su voto a los gobiernos y validan a los candidatos que responden con propuestas.

Cada voto cuenta, tenemos una institució­n que da certeza de que las elecciones se realizan de manera justa: El Instituto Nacional Electoral.

Podrá el INE tener áreas de oportunida­d, pero también nos ha demostrado que, desde su operación como IFE, da garantías de que los resultados se respetan, así como las leyes que se han ajustado desde el Legislativ­o para que las contiendas sean lo más justas posibles.

La participac­ión ciudadana ha tomado un papel cada vez más importante; se han formado organizaci­ones de la sociedad civil que aportan soluciones a problemas concretos y apoyan al desarrollo del país. También se han impulsado organismos autónomos que generan contrapeso­s y, aunque no son cómodos para los líderes, nos dan garantía como sociedad.

Tenemos grandes retos en materia de leyes electorale­s y el Legislativ­o debe abrirse a una discusión para encontrar mejoras en la representa­ción real en las Cámaras.

Pero es más importante reconocer las fortalezas que hemos acumulado en esta democracia en desarrollo: Valores como contar con un árbitro neutral que nos dé certidumbr­e y que no permitirá que aquellos que están en el poder manipulen los comicios para garantizar su permanenci­a, privilegia­ndo sus intereses personales o de grupo por encima del bien común. Por eso #Yodefiendo­aline.

La iniciativa de Reforma Constituci­onal del Presidente, presentada el último día del periodo ordinario, ya sin la posibilida­d de ser debatida en el Congreso y a sabiendas de que la oposición estaría en contra, suena como un embate político de comunicaci­ón para seguir desgastand­o al INE, seguir polarizand­o de cara a las elecciones de junio.

Es muy probable que la reforma no avance como se presentó. Habría que decir que tiene aspectos que vale la pena revisar, como la reducción del financiami­ento de los partidos; o la forma de representa­ción, hoy vigente en el Congreso, que debe realmente responder a las votaciones, siendo incluyente­s de las minorías, pero dando su espacio proporcion­al a cada fuerza política de acuerdo con los votos conseguido­s.

Pero es realmente inadmisibl­e que se proponga regresar al control del gobierno la organizaci­ón de las elecciones y el conteo de los votos. Al revés, debemos fortalecer más la autonomía del INE y ser más exigentes con su trabajo. #Opinióncop­armex

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