Son aliad INSECTOS no enem
Para muchas personas es de lo más normal la idea de encontrarse con un insecto e inmediatamente aplastarlo, antes de reflexionar sobre su origen y sobre todo: el beneficio que ese pequeño animal puede representar a la comunidad. Los insectos forman parte del grupo de animales más diverso del mundo, conocido como los artrópodos (nombre que significa “de pies articulados”).
Hoy en día se conocen poco más de un millón de especies de insectos, aunque especialistas de National Geographic han señalado que aún quedan por descubrir unos 30 millones de especies en el mundo.
Los insectos poseen un par de antenas que cumplen funciones como el tacto, el olfato y en algunas ocasiones la audición.
Aunque se pueden encontrar en casi todos los lugares del planeta, pocas especies han sobrevivido a la vida en los océanos. Pero, ¿cuál es su rol dentro de cada ecosistema? ¿Por qué están ahí?
El especialista en fauna urbana, introducciones biológicas y líder climático en The Climate Reality Project, Sebastián Gay Escalante, cataloga a los insectos como la base de todo ecosistema.
“Si los ecosistemas fueran grandes edificios los insectos serían los cimientos que sostienen la construcción, sin ellos no podría existir nada dentro de su entorno”, dice en entrevista con El Sol de México.
Cada especie provee diferentes servicios ecosistémicos que se traducen en ganancias económicas, ambientales y culturales.
Entre los servicios ecosistémicos más visibles que brindan está la polinización, un proceso de vital importancia para la reproducción de la mayoría de especies de plantas con flores.
El principal insecto polinizador en zonas naturales, agrícolas y urbanas son las abejas. Ellas son las encargadas de la producción de manzana, pera, nuez, fresa, pimiento, tomate, calabaza, arándano y melón.
Gracias a su estructura especializada en recolectar polen, las abejas tienen la capacidad de almacenarlo al mismo tiempo que buscan su alimento.
De acuerdo con datos del College of Agricultural Sciences de Pensilvania, cerca del 70 por ciento de los cultivos depende de la polinización por insectos para la producción de frutas y semillas.
“Aunque no todos los alimentos que consumimos fueron directamente polinizados, todos necesitan la labor de un insecto durante su periodo de producción para que el alimento que tenemos en la mano haya llegado hasta nosotros”, asegura René Villanueva, fundador de Historia Natvrae, un proyecto basado en la historia natural a partir de la educación y el arte.
Si bien la mayor parte de la polinización se le atribuye a los insectos, también existen animales como los murciélagos y los colibríes que desempeñan la misma función.
Otro de los servicios que proveen los insectos es la forma y estructura de los suelos. Esto lo hacen por medio de la descomposición de la materia orgánica, lo que contribuye a que los minerales y compuestos se degraden, aportando nutrientes al suelo y propiciando el nacimiento de nuevas plantas.
“Es más fácil que la gente comprenda a los insectos de acuerdo con su funcionalidad, así los asocian con los servicios que brindan, los cuales en algunas ocasiones no son tan visibles”, añadió Sebastián Gay.
Además, los insectos forman parte del grupo de alimentos básicos para algunos animales, lo que da circularidad a la cadena alimenticia de cada ecosistema. También, en diversas culturas son el platillo principal de muchas personas alrededor del mundo.
Tan sólo en México, el consumo de insectos se remonta a la época precolonial, siendo los gusanos de maguey y los escamoles, los que más han nutrido la gastronomía mexicana.